tag:blogger.com,1999:blog-19089828669470234192024-02-21T06:16:59.703-08:00Agujeros en el queso 2Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.comBlogger34125tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-37271006240350569102014-12-21T18:47:00.002-08:002014-12-21T18:50:48.759-08:00Las catacumbas 2<span style="background-color: #fff2cc; color: #20124d;"><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">A la tumba era difícil reconocerla en medio de tantas otras tan parecidas y hasta el nombre era cambiado. De hecho que era la de un muerto, pero alguien muy particular, y del que se exageraban detalles, o al menos tranquilizaría saber eso, porque de ser cierto, el difunto en cuestión en vida había sido un Gran Maestre en una órden masónica, un dato hermético en sí, que no dice mucho, pero vecinos lo habían relacionado con visitas a doña Amalia, una partera amiga de él que vivía en el pasaje Tambor de Tacuarí, y a la que dicen, él visitaba cada tanto para recojer bebés no queridos o víctimas de las prácticas poco seguras de la mujer con fines de rituales sangrientos y holocaustos no comprobados oficialmente, pero muy alimentados por la imaginería popular.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La tumba sigue bajo un seudónimo de "Cristófaro Luceris" nombres y apellidos que eran los atribuidos a don Orlando, el esquivo y poco dado vecino de villa nueve de julio, que habitó en su caserón hasta morir de viejo, siempre con dinero y de vestir extraño, demasiado formal incluso para los infernales calores del verano. Lo poco que habían escarbado su vida tenían a don Orlando como empleado importante en el viejo Banco Provincia y siempre con movimientos extraños generalmente nocturnos, o muy a primeras horas, cuando el alba todavía no pintaba en claros. La posesión característica de este personaje eran una capota oscura, un sombrero a veces, y su infaltable baston niquelado en la punta, con el que algunos viejos empleados le recuerdan haber visto señalando incluso a gobernadores, cuando discutía o se enojaba.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Lo de los fetos y los recién nacidos en desgracia era comentado a voces y al tipo se le atribuía su entrada vejéz muy activa al hecho de beberse la sangre de las criaturas en fechas claves solo conocidas por los habituales de su órden. Lo de la amistad con Amalia sin embargo era patente y de eso muchos sabían por haberlo visto caerle a la mujer en su vehículo con cierta asiduidad, tal vez fuese solo un amigo de su marido.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">El hecho es que al morir el hombre, ya muy viejo, y teniendo dinero suficiente como para costearle un panteón distinguido y con fina hechura, fue sin embargo enterrado de pie y en tumba común, con nombre distinto, como dijera, y es en la tumba donde me detengo. </span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Está en el Cementerio del Norte, y se llega a ella por el camino principal, el que parte de la capillita, andando unos setenta metros y girando a la derecha unos treinta metros más. Nada de particular, hasta que llega el testimonio alucinante de que "esa" no es sólo una tumba. Cuidadores, y gente que conoce el asunto recomiendan cuidado con el lugar, con ese sitio de Cristófaro Luceris, porque sería la entrada a un túnel, escalera descendiente mediante, a donde se accede a una red de catacumbas vedadas, una verdadera galería de nichos bajo tierra allí mismo, en campo santo, dedicadas a gente vinculada a la sociedad secreta en cuestión y en la que abundarían imágenes sumamente extrañas, paganas e inquietantes que recuerdan a gárgolas, elfos, y otros engendros de orígenes turbios contrarios a la fé reinante suelo arriba, como el común de los mortales.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Los hechos vienen con la desaparición de un guardacementerios, de un sereno, dos policías curiosos y una media docena de linyeras que hacían suyo el cementerio por las noches para encontrar un lugar de paz donde dormir.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Pasó a esta gente que hallaron el sitio exacto de la entrada removiendo una tapa en cemento probablemente, y movidos por la excitación del túnel obscuro quisieron bajar a conocer sus prodigios, pero con la mala suerte de que "alguien" propio o no del cementerio, cerró tras ellos la tapa clausurándoles la salida e impidiéndoles desde dentro escapar. El linyera que se salvó lo cuenta todo, loco, desgreñado, pero convencido de que la galería tétrica bajo tierra en ese sitio es enorme y espantosa. Que es fácil perderse, carece de luz, es habitada por alimañas de todo tipo y que raíces de árboles y charcos de agua entorpecen la travesía que debe ser hecha con linternas o mecheros bien cargados porque se puede volver imposible sino. Que el lugar es conocido sólo por gente que nunca hablará de ello, previo pactos de silencio, y es destino final de iniciados y entendidos en esos círculos cerrados. El linyera a pesar de su abandono algo entiende o recuerda del latin y promete que las placas leídas en ese lugar están inscriptas en esa lengua; Más aún, cadaveres de niños, animales, y hasta vajilla rota se hallan desperdigados en esas hileras a veces curvas y otras laberínticas de nichos ocupados, vacíos y según el relato "por ocuparse"...</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Al lugar he querido llegar de puro curioso y he recibido el silbato del guardia que ronda los caminitos ya que al parecer muchos otros movidos por la historia o con datos ciertos han querido entrar y no han faltado los ladrones que han arrasado con cuanta cosa de valor han encontrado en el cementerio, hasta velas, por lo que es celosa la vigilancia, pero me llamó la atención el interés particular hacia esa parte ignota con tumbas y monumentos tan poco relevantes, si se me permite el atrevimiento para con los difuntos y sus deudos.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">El vagabundo sobreviviente y otros, incluso un periodista del diario indican que es más fácil hallar el escondite porque en la placa de cemento pesado que cubre dicho acceso está grabado a cincel un compás y una escuadra, característicos de la masonería y si uno levanta la vista al monumento escueto leerá el falso nombre de "Cristófaro Luceris".</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La cuestión es aparecer justo el día en que la muerte llegue a alguien de aquella sociedad y salir de dudas fijándose qué clase de ceremonia hacen y dónde son llevados los restos, que según el linyera, son siempre en ese sitio. A él lo corrieron en el año dos mil seis y tuvo que buscar refugio bajo el puente ferroviario de la avenida Juan B. Justo pero toda su vida conoció al viejo Orlando de la villa nueve de Julio y casi por casualidad durmiendo en el cementerio se enteró de su muerte y del macabro descubrimiento en el falso sitio de su entierro. </span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Cuestión de creer o comprobarlo, pero insistiendo siempre en la cuestión del respeto por los muertos y por la constante vigilancia hacia ese rincon del lugar.</span></span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-81922595539776006882014-12-21T18:46:00.003-08:002014-12-21T18:49:56.473-08:00La muerte del turista<span style="background-color: #fff2cc; color: #20124d;"><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">A omarcito siempre le ocurrieron cosas extrañas. Y no es que fuese un chico fuera de lo comun. Por fuera pasaba desapercibido como cualquier otro, más el rasgo que quizás mejor le caracterizaba era tener una muy buena memoria, y no es que los demás no poseamos ese don, en mayor o menor medida todos recurrimos a ese enorme auxilio con frecuencia, pero en omarcito algo en la psiquis que se encarga de borrar malos recuerdos de modo deliberado para protección muchas veces, no actuaba, y guardaba con detalles aún las cosas más horribles, que en cualquier mortal se anulan como un mecanismo de salud mental.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Su psicóloga cuenta un recuerdo del muchacho, como siendo apenas un niño que recién aprendía a caminar, por ejemplo solía ver en su cama por las noches, al acostarse, unas figuras -siempre solía ser una, pero variaban sus colores- con forma de boomerang en color negro, a los pies de la cama, o a los lados a veces, y que al principio por curiosidad él se acercaba a tocar, recibiendo como resultado del contacto, caer en un profundo sueño, como desmayado y con terribles pesadillas. Todo con sólo el contacto con una de esas cosas.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Desde entonces esas apariciones lo aterrorizaban y al adivinar esas formas en la noche o gritaba o se tapaba hasta la cabeza. Sabía que estaba pero prefería no verlas mejor. Cuenta omarcito que distinguía incluso su género según el color. Las había negras, como conté, que eran masculinas, a su parecer y las había blancas que parecían femeninas; no sé en qué se basaría para tal discriminación, pero él asegura esa diferencia. La noche en que se le apareció una de esas cosas en color blanco no le dio mucho miedo y se acercó a tocarla. Los resultados fueron mucho peores.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">No sabría a qué atribuir las apariciones aquellas en su temprana niñéz, luego fueron "los fantasmones".</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">A poco de haber cumplido sus cinco años, y en un viaje a una zona de sierras bajas, durmiendo una noche en la casa de veraneo, se siente visitado en su habitación, en la que dormía con dos primitos, por unas entidades muy similares a "viejitas" por la forma de caminar, pero que prefiere llamar fantasmones, por su uso de túnicas largas y blancas que dejaban ver manos y cabeza, de unos ojos feísimos, salidos y con expresión burlona, ensañada. Esos fantasmones continuaron muchos años luego de aquel viaje hasta sus once años aproximadamente, cuando sus temores se convirtieron en una especie de muñecos similares a títeres, pero de mayor tamaño, casi del tamaño de niños pequeños, con aquellos mismos ojos de los fantasmones, siempre grandes, salidos y con aquella expresión de juego malvado con él, que se aterrorizaba con sus visitas.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Todo ésto es narrado por su psicóloga, que a cambio de cambiar el nombre del protagonista nos narra un interesante caso de delirios, que según ella, podrían haber sido causados por varias causas en su temprana niñéz, pero que poseen una serie de rasgos comunes a varios otros testimonios oidos de muchas personas.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Aquellos entes "de la imaginación de omarcito" eran tan reales para él, que segun ella, él mismo se infligía marcas en su cuerpo que luego atribuía a rasguños o tratos de esas apariciones hacia él. (...)</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Segun la especialista, en la psiquis de las personas existe una especie de fusible, si se puede llamar así, que actúa cuando nuestra imaginación, o el subconsciente actúan de manera muy intensa, provocando que luego el sujeto pierda esos recuerdos en pos de su integridad y así mantiene un determinado equilibrio, que luego puede alterarse o no en base a ciertos estímulos. En omarcito, ese mecanismo, repetimos, no parecía funcionar.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Omarcito contó que luego, en la adolescencia, era un chico extrovertido, adaptado a su edad, marcadamente influido por el desarrollo sexual, lo que lo llevaba a tener inquietudes orientadas hacia esas cuestiones, más todo cambiaba al llegar la noche, en las que lo invadían terrores que lo llevaban incluso a dormir debajo de su propia cama, o bien invadir la habitación de sus padres, para preocupación de todos.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Relataba cuando lograban que durmiese sólo y sobre su cama, como cualquier persona normal, como indefectiblemente, y siempre en la madrugada, era visitado por seres que luego de paralizarlo le llevaban un aparato que le provocaba náuseas, por el sonido que emitía, que parecía alterarlo, y que llegó hasta vomitar incluso inducido por la sensación de esa especie de caja que le colocaban sobre la cabeza emitiendo el raro sonido. La psicóloga habla de una serie de deseos del muchacho que en su afán de cumplirlos le provocaban esa clase de alucinaciones.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Omarcito fantaseaba según la especialista aturdido por hormonas y pulsiones que en la noche se manifestaban en su cambiante organismo y eran la causa de esas apariciones, meras contrucciones de la imaginación.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Sin embargo, cuenta ella que el jovencito llegó lejos, cuando amaneció una noche con visibles cortaduras y lastimaduras en su zona genital, por lo que apuró su derivación a un psiquiatra, porque aparentemente el muchacho había traspuesto lo imaginario y empezaba a actuar contra sí mismo.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Se supo que omarcito continuó experimentando visitas nocturnas, y que inclusive se negó rotundamente a hacer el viaje de egresados a Bariloche, porque juraba que algunas de esas entidades provenían justamente de esa región del país y que le habían advertido que si él viajaba allí no volvería. Continuó su tratamiento, y sin que ello afectase su rendimiento escolar, logró terminar sus estudios en la escuela normal, más lo intrigante para todos llegó después, cuando al año siguiente y de viaje en Brasil con su novia, tucumana también, se dejó ver en el hotel donde paraban con un arma de fuego, aparentemente una .45 del padre, una noche, en la que muy nervioso y no dando tiempo al encargado del hotel, y sin su novia que dormía, escapar a la calle a los gritos diciendo que "lo venían a buscar"... La tragedia fue un par de horas después, cuando la Policía del Estado lo halló supuestamente "muerto por suicidio" en una zona algo boscosa, alejada del hotel, ya que aparentemente omarcito corrió calles arriba como un loco hasta que se voló la cabeza de un tiro, siempre según la versión policial.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Inmediatamente los padres viajaron a Brasil, y muchos incluso, sino fuera por testimonio del encargado del hotel esa noche, sospechaban de la novia. La madre fue la primera en notar unas raras marcas en el cuerpo, como quemaduras de cigarrillo, pero hechas con algo muy redondo, a más del orificio de la bala, que no coincidía con el disparo del arma que él llevaba, todo complicado con las diferencias de idioma, y de la tensión del momento vivido por esa familia, una novia demorada en una comisaría extraña, y la aparición de muchos testigos que aseguran haber visto a un joven -omarcito sin dudas- aparecer como perdido de pronto en un parque alejado, y sin ningun arma en mano, para luego ver una especie de fogonazo o flash y un rato después un disparo. Creyeron que se trataba de un petardo o algo así.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Lo real fue que el cuerpo que fue enviado a la Argentina y luego de mil trámites legales consecuencia de haber ocurrido en otro país, y a decir de los padres, demorando mucho, demasiado, fue con el cajón cerrado, y que pesaba mucho más de lo acostumbrado. La madre asegura que el cuerpo que vino con ellos al país no era de su hijo, y que por los días transcurridos desde el caso, no era conveniente velar ya abiertamente. Quedó esa extraña sensación horrible en el aire, la versión de la psicóloga apunta a delirios, y la de los padres a otra cosa. Incluso que el cuerpo del hijo se quedó en Brasil, y que en torno al escándalo hubo muchos militares nerviosos, como muy acelerados con demasiado interés por un simple suicidio de un turista.</span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La novia tiene parte de alguna respuesta tal vez, porque quedó contagiada por terrores nocturnos y ella jura que a omarcito "se lo llevaron por la fuerza". </span><br style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">El caso sigue abierto, la familia tiene una buena posición y evitó toda difusión posible, más nunca supo hasta donde pudo ser real todo aquello que padeció el chico, y lamenta no haber actuado debidamente a tiempo.</span></span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-17141041289531337872014-11-26T21:53:00.000-08:002014-11-26T21:53:03.439-08:00El loco y su Leila<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Graffitis con poesía (El loco Ariel segunda parte)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">He contado a grandes rasgos algo de la vida de este personaje que aunque luche por eso, nunca pasa desapercibido adonde sea que vaya. Él bromea que hasta "los del más allá lo conocen" haciendo mención a lo que viene a ser el nervio más sensible de su existencia; el hecho que lo marcó para siempre, y del que sin poder olvidarse aún, echando de menos, ha decidido superar y en su catársis derrama poesía.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Quién es uno para juzgar su arte; sus creaciones, su estética o la métrica que les imprime a esos retazos de versos propios, prestados, oídos al pasar de alguna canción o sencillamente dichos por otros. Todo lo que él aprecia bonito para Leila, lo pasa al pincel y a la pared.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Anda en bici, pero tiene su auto para cuando llueve o no tiene ganas de cargar peso. Del auto él suelta una de las anécdotas más extrañas, cuando le toca recordar a Leila, ese amor raro que le tocó vivir de jóven.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volviendo de Salta una noche, en junio de 2001, grafica, lo pilla la bruma espesa, una cortina de niebla muy densa en la ruta 9 a la altura de la famosa "cuesta del 25", eran cerca de las once y no se veía un carajo, delante mío venía un ómnibus y delante de éste, al parecer, según deduce del recuerdo confuso de haberlo visto en el peaje, un camión largo, cargado...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Andando a una velocidad bastante prudente, y tras varios minutos de lenta procesión, paciente en la espera, a Ariel lo empieza a traicionar de a poco el sueño. Vuelve a él la imágen de las luces coloradas traseras del micro y la luz mortecina del interior de su auto, del panel; Explica que no sabe cuándo pero empieza a cabecear, apretaba las muelas en vano, la sensación de los ojos nublarse y fugarse hacia arriba sin quererlo; En eso, y tras años de terapia, habiéndose volcado al escepticismo y a la religión por tiempos, todo vuelve: Ve a esa mujer sentada a su lado. Iba tal como la recordara, con su vestimenta elegante, el saquito marrón, la falda, las botitas probablemente porque lo que menos le vio fueron los piés... Era ella, una vez más asombrosamente Leila como en vida, a su lado y él en la confusión lúcida del que sabe que sueña pero no puede con eso, y de pronto en esa realidad describe con no sé qué palabras exactamente Ariel, algo muy parecido a la felicidad. ¿Se acababa de matar acaso? ¿Y la sangre, y el humo, y el dolor quizás? ¿Qué era todo eso? </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desprende de a migajas el tipo como vio en un instante equis las luces del ómnibus de adelante abrirse paso a la izquierda y en un juego de parpadeos alejarse de la formación de vehículos sobrepasando al camión con acoplado e invitándolo a él a sumarse a la velocidad. Ariel dibuja que por lógica y cansancio empuja el acelerador y parte tras el micro, decidido también. Y ahí ella. Leila tomándolo del brazo, ¡Tan real! ¡Negro! -me dice- ¡Era ella loquito, era ella! (La emoción se le ve hasta en las muelas, no puede ser más efusivo).</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Y qué hablaron supuestamente? -Soy estúpidamente cortante, me sale el aguafiestas de adentro, no me contuve esa-</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sin hacerme caso al tono, conmovido me va a contar que le dice la mujer "No vengo a buscarte, vos todavía no vas a venir, tenés que vivir, vos me ayudaste y hoy yo puedo ayudarte a vos, porque hoy vos me buscaste a mi" o algo así, y se quedó mirándolo al Ariel que no entendía nada; Lo miraba fijo, como tal vez la primera tarde juntos, ¡Era real negrito..!</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y después la impresión más dura. ¡Leila, decime algo más, qué pasa! Nada, te dormiste, eso es todo. ¿Te acordás que nos veíamos en sueños? Bueno, esta vez vos viniste a mí, y yo te recibí encantada, sos mi gran amor, pero no es tu tiempo.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(...)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ariel salió tras el ómnibus efectivamente. De hecho según pericias, el vehículo de pasajeros hizo una maniobra arriesgadísima en la que sólo había espacio apenas para caber entre dos vehículos y luego nada. De frente una camioneta con gallinas venía en bajada haciendo luces y al parecer le fallaban los frenos, había niebla, el asfalto húmedo, y un autito azul oscuro con un Ariel dormido o en trance o quien supiera, con una mujer aparentemente. Las marcas de las ruedas negras por las frenadas de la camioneta en vano muy cerca, los pedazos de chapa a lo largo de cuarenta metros, pedazos de luneta aquí, plumas por todos lados, algo de sangre, o mucha quizá...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(...)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al costado de la cama, en el hospital Padilla, sus padres, un amigo, gente de la iglesia pidiendo un milagro para él, médicos con cara de cosas irremediables ya, y Ariel que se despierta casi gritando enyesado del cuello para abajo ¡Pero esperá no te vayas!</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Según él, y sin ningún dolor, transcurrieron segundos nomás esos cinco días de sueño tras el accidente. Esos segundos escasos, mínimos, estuvo con ella sentada a su lado todavía en ese auto, en esa noche, diciéndole lo que menciona más arriba, eso y nada más. Ahí al despertar, todo ¿tan rápido? sí, rapidísimo, lloró. Porque se dio cuenta, efectivamente, la aparición de Leila a su lado era la prueba de algo que nunca asumió. Estaba muerta. Y él también unos segundos tal vez. Pero ese pedido de que viviera, de que no era su tiempo... Esa era la división, la rayita que enseñan en la primaria lejana que separa dos cifras obligándolas a renunciar a partes iguales para algún resultado indefinible. Aquí eran ellos dos, no había cociente, el resultado de dividir un número par menor que dos porque acaso si dos nunca sería del todo par, ella allá él aquí y así es el amor...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desde ese día y ya convencido de la cercana distancia al dividendo, muerte de por medio, dos puntos, decidió tomar un papelito y escribirle llorando seguro, porque Ariel es de llorar a veces, a lo chico y con moco, "Yo te quiero mucho, pero te dejo ir en paz, andá tranquila, no sigas sufriendo". </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Para ella, por la gauchada de la vida, de la tibieza hace años, de su piel perfecta, le copió este poema...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ella ha tomado mi tiempo</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me convence de que está bien</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">pero cuando se va, no estoy tan seguro</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Siempre es igual</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ella está jugando su juego</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">y cuando se va siento la culpa</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué no dice que me necesita?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sé que ella no es tan fuerte como parece</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué no la veo pedir ayuda?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué no la siento pedir ayuda?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué no la oigo pedir ayuda?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vagué alrededor por las calles de esta ciudad</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">tratando de encontrarle el sentido a todo</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La lluvia en mi rostro cubre el rastro</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">de todas las lágrimas que he tenido que derramar</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué debemos esconder las emociones?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué nunca debemos derrumbarnos y llorar?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Que alguien por favor oiga mi pedido de ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que puedo hacer es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hay por qué sentir verguenza, liberar el dolor, pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pedir ayuda es lo único que necesito</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es un pedido de ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pedir ayuda es lo único que necesito</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es un pedido de ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué debemos esconder las emociones?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué nunca debemos derrumbarnos y llorar?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaré ahí cuando pidas ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Por qué no te oigo pedir ayuda?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Que alguien por favor oiga mi pedido de ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que puedo hacer es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lo único que necesito es pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaré ahí cuando pidas ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Es tan difícil pedir ayuda?</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Pedir ayuda es lo único que necesito)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hay por qué sentir verguenza, liberar el dolor, pedir ayuda</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Lo único que necesito es un pedido de ayuda)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ven y libera el dolor</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Pedir ayuda es lo único que necesito)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Confía en mí</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Lo único que necesito es un pedido de ayuda)</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mi amor te hará libre. </span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-17780721435966731092014-11-23T11:33:00.001-08:002014-11-23T23:06:58.807-08:00La Cuin bich (Queen bitch)<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span>
<br />
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;">Este testimonio, toda una historia de vida en sí, lo agrego por el componente paranormal; No es una vida muy común, si acaso alguna lo es. Pero en esta, si se deja a un lado lo extraño, todo pierde sentido. Para él "eso", lo raro, "lo freak" es parte misma de su ser, no se entiende sin esos ingredientes y está contada en primera persona. Re-armada a partir del relato que me hiciera esta personita que voy a mantener en anonimato obviamente. Por momentos le hacía preguntas, y van a aparecer las </span><span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;">respuestas nomás, para no marearlos tanto. Ahí va.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<nac -se="" 1986="" a.="" a="" al="" algo="" all="" an="" azul="" beb="" berutti="" bien="" br="" bruja="" bueno="" buscar="" cas="" casa.="" casa="" cayetano.="" chico="" chicos="" como="" con="" conoc="" cosa="" cri="" cristina="" cualquierita="" cuando="" cuenta="" cuento="" da="" de="" dejaron="" desde="" despu="" digo="" dos="" e-="" eme="" en="" ene="" equipos="" era="" es="" esa.="" esa="" eso="" esquina="" est="" exagera="" fallece="" fue="" gente="" grandes="" hab="" hac="" helena="" hermana="" hermano="" hermanos="" hombrecitos="" hoy="" iban="" jorgito="" jugaba="" juro="" la="" le="" lleva="" llorando="" los="" luego="" luz="" m="" mam="" mayor="" mayores="" me="" medio="" menor="" mi="" miedo="" mucho="" muy="" n="" ni="" noche="" normal="" o="" ocho="" os="" otros="" para="" parece="" pelota="" polic="" por="" porque="" prepo="" pronto="" pronunciarla="" que="" qued="" quedar="" quer="" r="" ramos="" risas="" s="" sab="" san="" sanjuanino="" se="" sea="" siete="" su="" sus="" tambi="" te="" ten="" todav="" todo="" tres="" un="" una="" unos="" varios="" varoncito="" vecina="" velorio="" ven="" vieja="" y="" yo=""><span style="background-color: #fff2cc;"><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Nací en 1986, y me crié de chico en San Cayetano. Yo era un chico, un varoncito normal como cualquierita, tenía varios hermanos mayores, yo era "la menor" (risas). Los más grandes, Helena y Jorgito dejaron pronto la casa; Luego Cristina, que era medio hermana también se fue, se casó con un sanjuanino, y quedé yo con mi hermano mayor que yo por tres años, que hoy es policía. Bueno, o sea, éramos los dos hombrecitos que iban a quedar en la casa, todo eso cuando yo tenía unos ocho años; La cosa, te cuento, (exagera mucho la ene, que parece una eme al pronunciarla) es que yo jugaba muy bien a la pelota, era muy bueno, me venían a buscar y todo los otros chicos más grandes para que esté en sus equipos, porque era como te digo ¡muy bueno! jugaba de siete -se ríe-; La cosa es que una noche, fallece una vecina de la Berutti, allá en la esquina de mi casa, y mi mamá que la conocía me lleva de prepo al velorio que le hacían en su casa. ¡Ay te juro que me da miedo todavía esa luz azul que había y la gente llorando! Y después mi mamá me cuenta que esa vecina era como bruja o algo y me quería mucho a mí desde que era bebé. Yo ni sabía de la vieja esa. </span>Bueno, esa misma noche me acuerdo, yo tenía ocho años, la difuntita me viene a visitar a mi cuarto. Me aparece por la puerta, yo dormía con mi hermano, y me dice no tengas miedo, yo te voy a ayudar, tu hermano no se va a enterar porque duerme pesado, ja. Yo muerta de miedo imaginate, verla a la doña esa como viva hablándome, diciéndome eso, no podía ni gritar del miedo, me quedo quietito, mirándola, oyéndola. Ella me repetía, yo te voy a cuidar mucho.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Ok, pasan unos años, nada, yo iba creciendo, seguía siendo varón, me empezaba a hacer machito ya, y mi hermano entonces tenía quince años, era un hombre, para colmo le gustaba andar peleando siempre y de vez en cuando yo también la ligaba porque es malo, es bravo él. Un día me acuerdo yo iba a comprar mis zapatos para entrar a la secundaria ya, iba para los trece, cuando en el negocio me atiende un tipo me acuerdo que no sé qué le ví, pero me cambió la vida para siempre. Desde que lo ví me asusté por dentro porque lo primero que pensé es "me gusta". Me sentí súper raro, quería como llorar, me puse re nerviosa, imaginate -risas nuevamente-.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Desde ese día supe que era distinto, me atraían los chicos, ya no quería ir a jugar a la pelota por miedo, me daba terror ver a esos muchachotes y enamorarme, me mataban seguro. Y volvió a aparecer ella, yo ahora la llamo "mi amiga perra", de cariño obvio, pero te cuento que se me aparece, ¿Sabés cómo? una mañana mirándome en el espejo, de repente me veo como una mujer. Después supe por ella que era ella misma de jóven reflejándose en el espejo, te juro, no era mi imágen, era ella. Quise romper el espejo, pero ella me tranquilizó me dijo "soy tu amiga y te he dicho que te iba a ayudar" la cosa es que me hizo ver que vivía dentro mío, era como mi otro yo, esa vez nomás la ví fuera de mi en el espejo, pero estaba dentro mío, sigue ahí, es mi amiga del alma, como te digo...</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">La primera vez que me trasvestí, o sea que me hice yo misma, fue después de lo del espejo, y no fue jugando como otros. Me dije, ya es hora de mostrarme al mundo, y con ropa que le sacaba a mi vieja, que me quedaba grande, me las arreglé, aprendí a usar cosas de mujer, y por dentro esa voz angelical de la Queen diciéndome "sos hermosa, ponete eso o lo otro". Ella siempre me guió. Esa noche que fui mujer por primera vez, salí. Me atreví a salir de casa. Me acuerdo que me fui a un quince que no estaba invitada pero al que como varón si me habían invitado. Y la cuin adentro mío re enojada porque a ella no y le dije vamos las dos y punto. Y me fui -risas- esa noche descubrí muchas cosas. Iba sola por la calle re oscuro, pero hablaba con ella, que me decía que iba a brillar, ja, yo cantaba esa canción de los redonditos "a brillar mi amor" (...) y fue tal cual.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Ni bien llegué a la fiesta ¡no me reconocieron! era tarde, estaban todos en pedo parece, pero me mande solita y me sentía mortal, la música fuerte, la cerveza, el "diyei" fue el primero en piropearme qué piernas mamita me decía re loco el tipo, pero fue a una señora, tía de la chica del quince a la que le ví el futuro. La cuin, de adentro mío me dijo ¿ves esa señora? bueno, ella se muere el lunes vas a ver.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Todavía me acuerdo clarito, el lunes cuando volvía de la escuela al mediodía un montón de gente, de la Edison, del otro barrio, todos, en la calle, eran todos te juro, se acababa de morir la mujer esa, volviendo de hacer las compras se descompuso en medio de la calle y quedó frita. Pobre. Yo me sentía re-culpable nene...</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Después de eso, la empecé a respetar mucho a mi cuincita, ella me sopló que iban a suceder desgracias y se cumplían, pero de reloj te digo. Mirá: Otra vuelta, me dice "no te trasvistas esta noche" y yo re contrera porque me había enamorado de un amigo no le hice caso, ¡para qué! esa noche me dio la cana mi hermano, te juro me dio tal paliza, yo lloraba, lo maldecía por dentro, me dolía su odio, no sus golpes, después agarró un arma de papá y me juró que me mataba antes que tener un hermano puto. Yo corrí como loca esa noche a medio vestirme por la calle, me refugié en un vecino un señor grande que me hizo pasar me acuerdo, me salvó de ese monstruo que me quería matar ahí mismo.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">La cuin me dijo esa vez que mi hermano era y sería siempre malo, que me cuidara mucho de él y cuidara a mi familia también de él, que se volvería asesino, y que iba a zafar siempre por lo malo que era. Qué fea sensación con ese hermano... -lo nombra-.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Después decidí irme del todo de mi casa, ya no daba para más, porque mi hermanó contó todo y me amenazaba y mis padres no se metían hacían como si fuera un juego todo. Mi padre tomaba mucho.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">La cuin me dice un día: Andate y juntate con fulanito. Tenía un novio, un chongo que le dicen, era un chico que conocí en un baile me re cuidaba el era gay, no? Bueno le hice caso y me mudé con mis cositas a su casa, pusimos una peluquería, no nos iba mal, él después se hizo rico, se fue al centro y todo, ahí sigue, es re top pero la cuin me dijo que me alejara, que él me quería hombre no travesti. Bueno, lo más alucinante fue desde entonces, que me mudé yo sola al bajo, al pasaje donde vivo al lado de la vía vieja, detrás de los hotelitos, ahí a la vuelta de la terminal.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Desde entonces yo tiro las cartas, pero sobre todo ayudo a la gente a voluntad. La cuin es la que me guía. Ponele, yo paso por una casa y ella me dice "ahí se ahorcó una mina y su alma está en pena", yo agarro golpeo las manos y hablo con esa gente y la curo.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Voy en el colectivo y sube una parejita, "esos son tordos de trampa" te juro que no le erro. Le predije la muerte a un taxista, le dije "señor usted no trabaje tal día" y el tipo me re insultó. En el diario me enteré que lo asaltaron y murió de un disparo. Yo tengo facultades, veo la muerte. La respiro, la cuin es mi antenita.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Me da terror pasar por el hospital Padilla o el de niños, no quiero saber, porque me vienen muchas visiones.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Sé cada lugar donde espantan, porque la cuin me indica quiénes son los que molestan a los vivos. No soy una chanta ni me doy a conocer como otras que sé... Sólo vivo mi vida y no me promociono. Ayudo pero la muerte es inevitable, es más, vos no me creerías la cantidad de muertos que andan caminando por ahí confundidos entre la gente común. Sí. Me oíste bien, muertos bien muertos, son zombis, y después ¡fum! desaparecen un día. Lo hacen cuando se dan cuenta de que han muerto antes. Pero tienen cuerpo, tienen carne, no sé pero están. Son sobre todo chicos jóvenes, ay no sé qué decirte, es como que va a pasar algo muy feo dentro de poco, y esa gente es como que ya murió, y viene del futuro o no sé. Pero están y eso me da mucho miedo. Yo los reconozco al toque.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Entre nosotros, hay gente en la tele que ya murió y sigue como viva, y sigue saliendo en los canales, no me creerías eso, es muy bizarro, y mirá que yo soy rara, no? Pero es como muy loco este tiempo que vivimos. Es eso que dicen, el apocalipsis mismo.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Te dejo seguir en paz, gracias por dejarme hablar, ¿esto va a salir en el diario? -se ríe de nuevo-.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Me voy a trabajar entro tarde sino.>></span></nac></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; display: inline; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Se despide con algo a actríz de novela, se arregla un poco y parte. Ella o él, promete que al renovar su documento se pondrá nombre de mujer y se toma un taxi. Trabaja en un local de comidas rápidas, donde lo aceptaron sin más. De su sueldito vive en ese lugar que dijera antes, y promete volver a hablar "cuando llegue el tiempo" de cosas que van a pasar.<br />
Es de tez blanca y pelo castaño natural, largo, parece una chica, lo ayudan las facciones y más de uno se ha dado vuelta a mirarla en la calle, es flaquita, sé que es un tipo pero es muy interesante lo que cuenta. Ya sabremos de él.</div>
</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-71144919286355788232014-11-23T11:32:00.003-08:002014-11-23T11:59:08.467-08:00La casa de la San Lorenzo<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
En pleno centro de la ciudad, a pocos metros de la esquina con calle Jujuy, y en la misma vereda del colegio, todavía está la vieja casa chorizo que ocupa parte de la vereda y cuya numeración de tres cifras es descendente en escalera, algo así como decir: "once; diez; nueve..." bueno. Mejor pista imposible.</div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
Allí pasó su infancia un poco conocido escritor tucumano muy premiado en el exterior, y el caso es que allí luego de que viviera esta familia de origen ucraniano, -eran judíos- le siguió para habitar la familia de la que voy a contar en testimonio de Enrique, que hoy es un hombre mayor y hasta hace no mucho vivió allí con su familia la pesadilla que sigue.</div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
Cuenta Enrique que de chico, ni bien se desocupara una parte de la casa de la familia judía, empezó a llegar de a poco la suya, y una señora viejita les anticipaba que lo único bueno allí era la proximidad al centro, pero que por lo demás, "dejaran pasar un tiempito" y verían qué hay de malo. Y mucho.</div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
Del testimonio, el hombre trae el primer recuerdo de estar en el patio de la casa, al fondo, y ver por las tardes una silla mecedora moviéndose sola, no siempre pero sí lo suficiente como para que su madre lo viera también y corriera a traer un curita para la bendición.</div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px;">
Hecho eso, Enrique entonces chico, y sin ser miedoso, comenzó a notar ya no la silla, sino las puertas interiores, sobre todo adelante, que se reventaban de los golpes, violentísimos, que se daban sin razón, sin siquiera correr una gota de aire. Cambiaron varios vidrios por eso, y pasaba a cualquier hora esté quien esté. De nuevo un cura para la casa.</div>
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Después fueron las ratas. Parece natural hasta cierto punto, en todos lados las hay, pero lo notable en esa casa era la cantidad. Brotaban de los resumideros, parvas, cientos a veces, con tanta vehemencia que Enrique grafica ver todavía las manchas grisáceas que formaban los bichos en su huída trepando las tapias hacia casas vecinas. Era descomunal a veces, y pasaba de repente dice. Se empezaba a escuchar un ruido como de temblor, despues los chillidos, y de pronto, por los inodoros, resumideros, incluso algunos con rejillas se tapaban, por la cantidad de ratas que parecían brotar por arte de magia de algún sitio subterráneo al lugar...</div>
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Con los antecedentes, un tío recién llegado de Buenos Aires llevó a la casa una vidente, una supuesta profesora de parapsicología que conocía de casos peores, y que creyendo algo así nomás, a las primeras lauchitas que vio salir, se desmayó y no pisó más la casa, no sin antes recomendar a distancia, marcar una cruz en el patio junto a una mesada de cemento, y cavar allí, porque ella percibió algo muy malo bajo la losa...</div>
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Se hizo la tarea, participó Enrique y otros hombres, y dijeron haber hallado huesos humanos, como de criatura, por lo que en parte supersticiosos decidieron dejar allí y no avisar nada a nadie por las dudas. De los cinco hombres que ayudaron en la excavación hoy sólo vive enrique. Los otros, algunos jóvenes como él entonces, se fueron muriendo prematuramente posterior a la zanja aquella. Incluso el escritor, que participó esa vez.</div>
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A Enrique eso le llamó la atención, las ratas dejaron de aparecer de esa forma, pero pareció librarse una especie de maldición, que como cuenta, empezó a cobrarse vidas incluso. Primero fueron dos de los que cavaron esa vez. Los agarró un colectivo cruzando una avenida mientras volvían de la cancha de San Martín. Eso pasó unos meses después. Nada. Luego fue un tal "Don espósito" vecino de Enrique de la calle Jujuy, que tenía una despensita a la que no le iba nada mal, un hijo que estudiaba medicina, y una mujer hermosa y más jóven que lo hacían aparecer dichoso. Al hijo estudiante lo secuestraron ni bien empezó el Operativo Independencia, y él sin quererlo un día manipulando una garrafita de cocina se mató al estallarle ésta sin motivo alguno. Enrique enterado, cuenta que ya era mucho, demasiada imaginación y cosas que no cerraban desde esa vez y antes inclusive... En la casa seguían pasando cosas, como una noche en la que ya planeando mudarse, se les hundió una parte del piso en una pieza y de una de las grietas en un rincón brotó algo muy parecido, -sino era- a la sangre. Su madre, una cuñada y después la empleada fueron testigos de esa grieta que se teñía de colorado y parecía sangrar, la mudanza se hizo el viernes de esa misma semana.</div>
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Quedó el protagonista nomás viviendo allí, y una familia en la parte de adelante, de donde salían las ratas generalmente; Enrique entonces estudiaba abogacía, era en plena época del proceso militar y tenía más miedo de estar fuera que dentro de la siniestra casa, él le buscaba la vuelta hasta que le pasó lo que cuenta como el hecho decisivo de rajar de ahí...</div>
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Había empezado a salir con una de las chicas de la familia de adelante, que estudiaba en la quinta, Nora se llamaba, y una noche en invierno, antes del mundial '78 recuerda, la lleva para su departamentito en el fondo, para mayor privacidad. En medio del romance, en la oscuridad, Norita le pega una cachetada fuerte y Enrique en el acto reacciona para saber qué le pasó; La chica lo reta que no se haga el bobina, que nunca más vuelva a hacer le que le acababa de hacer supuestamente...</div>
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Grafica Enrique que según ella, sintió clarito como una mano fría le intentó introducir un dedo en... Por detrás; a lo que éste tipo extrañado le negara inmediatamente, jurando que él no fue, que no era, que se confundió tal vez ella que sin creerle lo dejó pasar.</div>
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Dice que a eso de las cuatro, y luego de haber tenido relaciones ya, durmiendo ambos en la camita, despiertan horrorizados, Nora dando alaridos, porque "algo" la tomó por las piernas violentamente y la intentó tirar al piso desde abajo de la cama, algo con manos humanas, de un hombre aparentemente, con fuerza decía ella a los gritos.</div>
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La situación, es que inmediatamente aparece un hermano de la chica y otras personas de la parte delantera de la casa para ver qué sucedía en semejante escándalo, querían golpear a Enrique, cuenta, y ella no podía hablar todavía del pánico, se ahogaba en llanto.</div>
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Enrique les logra contar a todos y ella lo salva de una paliza segura, cuando de golpe, en la parte delantera de la casa se escucha un alboroto grande, de platos que caían y muebles golpeados. ¡LOS MILICOS! se acuerda que gritaron todos, -era frecuente que se hicieran esos procedimientos nocturnos por sorpresa- pero ante la falta de voces humanas, de gritos o presencia de alguien se dirigen todos alborotados para comprobar que "algo" nuevamente había hecho un caos en la cocina arrojando ollas, platos, cubiertos, sillas y hasta rompiendo una llave de agua en el momento en que todos se fueron a lo de Enrique...</div>
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Él fue el primero en irse de allí después de eso, se tomó un tren a Rosario de la Frontera donde vivió hasta hace un par de años, y no sabría decir qué le pasó a la familia de Norita que quedó viviendo un tiempo más seguramente.</div>
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Se vino de Salta cuando se enteró de la muerte del cuarto de los presentes esa tarde de la excavada en el patio, del doctor éste escritor que murió de un cáncer hace poco. En la despedida y hablando con familiares acerca de la vida de aquel y de la casa en cuestión, le contaron que vendieron finalmente, espantados las familias que estuvieron allí; que después fue pensión, y por otros medios Enrique alarga queriendo no creer que le contaron que siendo pensión de otros estudiantes, dos chicas en distintas épocas se suicidaron, no allí exactamente, pero vivían en las piecitas del fondo.</div>
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Supo que una era jujeña, de la otra poco y nada; A la casa aparentemente la revendieron o algo y ahí sigue intacta como siempre.</div>
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Algo que cuenta una egresada del Santo Domingo es que sí, efectivamente en ese colegio aparecían ratas a veces, y otras ella jura, que al pasar con los compañeros por esa vereda, sentir algo como malo provenir de allí. Como un escalofrío.</div>
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No lo sé.</div>
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A mi personalmente la cuadra me provoca algo de desolación, es fea, tiene algo. La historia que luego me contara Enrique me lo ha confirmado entonces.</div>
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Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-14587884528300094772014-11-23T11:32:00.001-08:002014-11-23T11:48:35.076-08:00De un loco que también hace graffitis.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Esto pasó allá por el año 1993; De la zona de villa Além es este relato.<br />
Ariel ahora es algo así como preventista de insumos de computación; entonces era un técnico y entendía de esas cosas. Se dedicaba sobre todo a los videojuegos, era de los que arreglaban, instalaban, las placas de las máquinas a fichas que eran furor. O sea, andaba por toda la ciudad lleno de trabajo porque siempre había algo por ahí.<br />
De recorrer calles, una siesta, comenta, a pesar de ser invierno hacía mucho calor y andaba muerto de sed. Dice que iba por calle Ayacucho, pasando la independencia buscando una dirección, y al llegar a la esquina de Larrea, se topa con una chica, que sería de unos veinte años, -él tenía dieciocho entonces- y le da charla. No recuerda ya qué se dirían exactamente, pero ella se mostraba amigable. Lo que sí recuerda es que lo invita a su casa a tomar algo fresco, pero Ariel, medio por quedado dice, prefiere esa vez esquivar la invitación argumentado algún apuro. La onda es que la chica lo sigue conversando un par de cuadras y después se despide...<br />
Sin darle mayor vuelta al asunto a Ariel le queda una sensación rara, la chica iba muy bien vestida, era linda, y hasta lo había tratado bien. Decide por curiosidad según él, volver al otro día y ver qué pasaba.<br />
Dicho y hecho, cuenta que no sabe si al otro día o un par de días luego, vuelve por esa esquina y de nuevo la chica, -dice Ariel que ella siempre llevaba un saquito marrón como a cuadros- lo chista desde una vereda al frente. Se inicia de nuevo la charla, no sería muy trascendente, pero la invitación se repite. Esa vez dice el flaco, -su apodo- él accede. Recuerda que fueron a una placita por la calle Larrea, y conversaron bastante, ella le dijo llamarse Leila y no pasaron de un beso.<br />
A partir de eso, y sin ponerse de acuerdo, Ariel comienza a encontrarse a la chica en cada sitio donde fuera; no existían los celulares por estos lados en esa época, era cosa de señales de humo, pero de algún modo Leila se cruzaba con Ariel, aún cuando los destinos de éste eran erráticos.<br />
Llamada de atención.<br />
Cuenta Ariel que un día una tía de él, de visita en su casa, le pregunta con quién estaba una tarde que ella pasó por un bar en el centro y lo vio hablando muy animadamente con una chica. Se llama Leila contó él. La tía le dijo que le causó una impresión extraña esa mujer, sin decir mucho más. Eso le quedó grabado.<br />
Luego, el recuerdo del salón de Wico -uno que estaba por la Laprida al 200- y que de ahí sí, se fueron efectivamente a la casa de Leila aprovechando que sus padres no estaban.<br />
Según Ariel ella vivía por la Matheu en una casa que quedaba al fondo de un pasillo largo, y que al frente había un taller. La cosa es que pasan, y sacando ventaja de estar solos, dan lugar al contacto. Ariel se llega a la chica y se confiesan ambos haber sido vírgenes. Recuerda el tipo que ella lo contó llorando luego de.<br />
Pasó un tiempo y él ya no encontraba por ahí a Leila, acostumbrado como estaba ya a eso cada vez que salía. Decide obviamente volver a casa de la chica y encarar a los viejos directamente, estaba metido el flaco, no le importaba nada. Ese día dice, le compró flores y todo a la noviecita.<br />
Después de un trabajito, se manda a la casa y lo sale a atender por el pasillito una señora, la madre, que ante la pregunta de Ariel lo queda mirando largo, con cara sorprendida... "¿Vos eras compañero de ella en la escuela?" Recuerda la voz de la madre. "No señora, yo la busco a su hija" o algo parecido, dice.<br />
Dice que la señora se apoyó contra la pared contestando no, hijito, no sé a quién buscás vos, pero no es acá... Ariel responde que a su hija, a Leila, mire yo soy el novio señora, palabras más o menos.<br />
Dice que el tono de la señora cambió de golpe. Corrió al portoncito y salió a recibirlo en la vereda, sollozaba la mujer, ¡Pero si mi hija ha fallecido hace dos años ya, deje de molestarme jovencito, sepa eso! ¡Mi hija no llegó a tener noviecito, vayasé! La onda es que Ariel pálido al parecer no podía explicarle a esa mujer que ¡él unas semanas antes había estado con esa hija en esa casa aprovechando que no había nadie..!<br />
No recuerda cómo terminó esa charla horrible con la madre que no sabía si correr a patadas al pobre chango o preguntarle de su hija, que cómo era posible, que basta ya, etcétera.<br />
Lo más perturbador es el recuerdo, Ariel terminó yendo a un psicólogo, que le insistía en volver por esa casa y encarar a esa mujer, y que Leila iba a ser real hasta que comprobara que la señora aquella no era una delirante y cosas así. Ariel no quería saber más nada con esa gente, ¡Pero extrañaba a la chica! Era hermosa según él, era especial y no le importaban lo que dijeran, pero no quería pasar por lo mismo.<br />
Dice Ariel que en vano andaba por ahí buscándola, que siempre miraba a todo el mundo tratando de dar con ella, y que jura un día haberla visto dando vuelta una esquina en el centro, y que el no se perdona no haber corrido a ver si era cierto, no entendía nada.<br />
En esos recuerdos, Ariel se vuelve loco cuando una noche soñando con ella, se despierta horrorizado cuando siente que algo se movía a su lado y al prender la lamparita se encuentra a su lado un enorme bulto de gusanos, miles de bichos en su cama, y enloquecido del asco y el miedo corre al baño, pero al volver se da con que no había nada ya sobre su cama. Dice que con el mayor cuidado con la punta de un palo dio vuelta las colchas y nada. Era como si se hubiesen esfumado los bichos.<br />
Volvió al psicólogo y éste dice que lo quería derivar a un médico psiquiatra, porque estaba peor que antes.<br />
Según Ariel su obsesión se había vuelto rechazo ya, quería olvidarse de todo eso, pero recordar a Leila le gustaba, no sabía qué creer.<br />
Se puso de novio con otra mujer, ya habían pasado un par de años de eso, y la tipa lo dejó porque según ella al llegar un día por su casa la recibió una chica y le dijo que ella era la novia de Ariel, que no los moleste mejor.<br />
¡Para qué! El pobre chabón estaba como loco, veía iniciales que le recordaran su nombre y el de ella y ya pensaba en que era ella, o su fantasma, o lo que sea.<br />
Así llegó por un pequeño templo evangelista, le dijeron que probablemente estaba perseguido por ese espíritu, él juraba que ella fue real, que pasó de todo, que esto y lo otro, lo mantuvieron tranquilo un buen tiempo, después perdió la fé; La Leila seguía apareciendo en sueños o dibujándole corazones en algún espejo, mirándolo mientras comía a solas, viajando con él incluso.<br />
Una noche decidió ponerle fin a la cosa. Tomó una hoja y escribió un cartelito "Yo te quiero mucho, pero te dejo ir en paz, andá tranquila, no sigas sufriendo" dice que le puso una noche y lo dejó sobre su mesita de luz.<br />
Nunca más supo de la aparición y no volvió a tener esas visiones. Hoy "Ariel" además de lo de la computación anda por ahí pintando paredes con otro loco, con poemas. Según él son para ella, y hasta le pintó uno al frente de su casa. Dice que a pesar de todo lo que le pasó le agradece haberla cruzado, que lo suyo fue de verdad.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-16852779900147580692014-11-23T11:31:00.001-08:002014-11-23T22:15:59.634-08:00Entrevista a un travesti (O la "Queen Bitch")<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<div style="background-color: white; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;">Espero a Priscila (Julio) y a Queen bitch en el bar de la estación de servicio que está frente a la antigua terminal de ómnibus, en El Bajo. Son las 16.30 de un miércoles y el horario no es arbitrario, en un rato comienza el amistoso entre la selección argentina de fútbol y la de Brasil. "Ellas" prefieren ese momento de la tarde porque dicen que la transmisión del partido por televisión las va a dejar hablar mejor. Ellas son uno solo. Pero verán por qué me refiero a ellas en plural...</span></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;">Priscila es una morocha monumental de 27 años y un metro setenta de alto. Espalda fina. Brazos fuertes con los músculos marcados. El pantalón ajustado le marca la cola grande y firme. Tiene puesto un uniforme de jean del -nombre de famoso local de comidas rápidas donde ella trabaja- y una remera blanca corta que le deja al descubierto el piercing del ombligo. De la remera desbordan generosos pechos. En el izquierdo, llama la atención un tatuaje en tinta china. Hay que verlo de cerca para distinguir la imagen: es un Cristo que parece levantarse con esfuerzo de su cruz. Riendo a carcajadas, me dice que es Jesús saltando la tapia. Cuando Priscila se tatuó al Cristo resucitando o saltando la tapia tenía doce años y el pecho llano como una tabla. Todavía no era ella, en el barrio lo apodaban Peca y, a pesar de que lo tildaban de mariquita, era, como ella dice, uno más de los changos. El tatuaje fue obra de Juan Almonte, un joven que por entonces estampaba gratis su arte en la piel de los adolescentes de San Cayetano. Juan murió hace unos años apuñalado – las chicas no se ponen de acuerdo si de siete o veinte puñaladas – en una pelea barrial. Su hijo de 17 años ahora también es travesti.</span></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<y br="" dijeron="" estoy="" me="" muchos="" nbsp="" que="" querido="" s="" yo=""><span style="background-color: #fff2cc;"><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Y sí, querido, muchos me dijeron que yo estoy</span><span style="line-height: 19.3199996948242px;"> </span>poseída por la "queen", que ella me quitó el cuerpo y</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">todo eso, pero yo siempre les digo ¡No, ella</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">COMPARTE conmigo y yo con ella..! Yo pongo las</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">cachas -risas- o sea, pongo mi cuerpito, y ella pone la</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">genialidad... Ah, vos querés que te cuente las cosas que</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">yo sé; ¡Pagame primero! -se ríe fuerte, después con</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">lágrimas en los ojos, dejando de bromear- No, mentira,</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">yo no cobro por ésto. Tampoco me prostituyo. Lo mío</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">es un don natural, yo tengo a esta "princesa" aquí dentro</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">que me re banca, somos íntimas amigas, a veces nos</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">peleamos, ¿no? pero somos hasta compatibles en el</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">zodíaco mirá que te digo..! Yo soy de cáncer y ella es</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">piscis, qué dupla.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Bueno, oki doki, ¡no te vas a imaginar quién es puto!</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">-nombra a un conocido político del medio, que de</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">verdad nadie sospecharía- la cuin me lo dijo en cuanto</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">lo sentí nombrar, ay, un día me llegó un mono enorme</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">de traje a mi laburo, -menciona un hipermercado- yo</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">estaba en el último turno, encima me había quemado</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">con las papas hacía un rato, media mano quemada</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">porque salpicó la freidora y aparece ese armatoste a "pedirme" si le hacía el favor de acompañarlo a la salida porque me mandaban una invitación de alguien especial... El coso iba con dos más que se quedaron lejos, cerca de los juegos, pero yo los veía. La cuin de adentro me dice ¡ni loca vamos con ese tipo! y los otros dos que están ahí esperando no son humanos. ¡Te juro estaba pálida, se me pasó el dolor del miedo! los otros dos de traje que esperaban me dice la cuin no hablan en castellano mamita; y yo que ya estaba por llamar al de seguridad, y me planto y le digo al grandote "mirá papi decile a ése -nombra al político- que yo no me prendo en sus fiestitas que sory-mi pero ni sueñe.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">El infelíz me amenazó me hizo acordar a mi hermano, me dijo algo como que "nos vamos a ver" pero mal. Así es mi vida -se ríe de nuevo- Yo al toque me entero cuando iba a morir el papa Juan Pablo, antes que nadie, él se murió tres días antes de cuando dijeron por la tele, a mi me agarró una angustia. La cuin me dijo que a partir de ese tiempo quedaban diez años nomás.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Loqui, yo veo esa alma que se despega (...) del cuerpo y lo sé, ha muerto. Lo más feo fue una vez que vi a cinco chicos que se iban a morir, estaba escrito ya, ¡Sabés qué impotencia! ¡de terror! Esa noche había ido a bailar a -nombra un boliche que quedaba por la Alsina, de música electrónica- y a la salida veo un grupito de tres chicos y dos chicas, ellas eran parejita según la cuincita, y me sopla que iban a tener un accidente re feo que no se iba a salvar ninguno. Sentí como plomo en los pies, yo quería avisarles, les gritaba y todo pero era mucho ruido, mucha bulla y no pude. Volví llorando y mi ex me decía calmate, vos no podés evitarlo...</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">En la tele, en el diario, todo el mundo contaba al otro día que esos chicos se mataron en el auto, parece que manejaba uno machado y se dieron vuelta pobrecitos...</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Mirá, te puedo demorar la vida en contarte todo lo que veo, es feo y a veces nadie me cree, mejor.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">¿te conté que veo como muertos por ahí?</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">-Se arregla el pelo largo- Han empezado a aparecer por acá también, yo primera vez los vi en Buenos Aires una vez hace años, es como gente, pero rara, no son de este tiempo, es complicado explicarte. Vienen de otro lado, como del mañana, o no sé, las chicas son re lindas, los papis ni te cuento, pero me dan pánico. La vez pasada atendí a uno en el trabajo, te miran pero como vacíos, hablan sin ganas, ¡No sé cómo explicar me cago! No tienen un alma.</span><br /><span style="background-color: #fff2cc;">Cambiemos de tema, a mi amiga de adentro le digo la cuin-bich que es la reina de las perras en inglés, ¿no? -ríe mucho- ella me acompaña me aconseja, me ayuda a superar el amor perdido, ja. Cuando salimos le digo "hoy vamos a salir a perrear" pero todo tranqui, yo no puedo enfiestarme como otras travestis, yo soy especial y a donde voy empiezo a ver cosas y se me pasa el pedo a veces del susto. ¿ir a boliches? Siempre uso anteojos negros, para no distinguir el aura, ni las caras siquiera, porque tengo imán para ilusionarme con chicos que después le pasan cosas...>></span></y></div>
<div style="background-color: #fff2cc; display: inline; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
La charla sigue, y retomando la primera parte, que no es necesariamente encadenada a esta, sino que se mezcla todo un poco, luego él, termina yéndose a trabajar. Usa el uniforme azul de la compañía y cualquiera que me haya visto esa tarde pensaría que era una mujer la que charlaba conmigo. Tengo todavía ese mp3 con la voz del chabón, es un tío, ¡Pero qué bien caracteriza ese rol! Tal vez es verdad y dentro de él habita una mujer que le habla, que le predice, quién sabe...</div>
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Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-18069270699151248022014-11-23T11:28:00.003-08:002014-11-23T12:04:28.149-08:00El gato.<br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Esto le pasó a mi viejo, que es un tipo muy poco dado a creer en cosas raras y lo considero muy andado, como para que se ande sugestionando facilmente. Pero ahí va.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc;"><span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Él es oriundo del norte de Santiago del Estero, allí nació y si bien se crió en la ciudad de Tucumán, volvía cada vez que podía a visitar su casa en el campo. Pues bien, cerca de allí, a poco más de un kilómetro está el río Horcones, y para llegar hay que cruzar un monte bastante denso. Allí una de las ve</span><span class="text_exposed_show" style="color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">ces que de joven salía en grupo con otros muchachos a pasear por el campo, y muy de tarde ya, equivocan el camino de vuelta, y sin perderse hacen un rodeo por otra senda, lo que les quita más tiempo en el regreso.<br />Andando aparentemente en círculos y ya oscuro, de pronto y encaramado en un árbol se topan con un gato bastante singular. Sería un gato del monte, de esos rayaditos pardos, solo que más grande que los comunes y de orejas más pequeñas. La cuestión es que el mishy estaba sobre una rama algo baja y al advertir la presencia humana, lejos de retirarse, como lo suelen hacer los animales salvajes, el gato permanece quieto, duro y mirándoles con atención. A esto, los changos, acostumbrados en el monte a toparse con toda suerte de bichos, decide espantarlo, por esas cosas que tienen las personas de molestar a veces, y le arrojan un cascote.<br />El gato, sin moverse se queda viéndoles, lo que anima a los demás a hacer lo mismo, y comienzan a arrojarle cosas al bicho esperando su huida. Cuento aquí que uno de los tíos andaba armado pero no hizo falta que usara su escopeta... El animal sin inquietarse seguía prendido a la rama, tranquilito viendo como le tiraban cosas, y algunos hasta acertaban, asombrados porque al darle al bicho, se notaba el ruido y se percibía como sonaba su cuero. Con la poca luz que quedaba veían como el animal sólo les miraba hasta que de pronto, y esto es palabra de mi viejo al mishy se le encendieron los ojos. Según él, se le pusieron rojos sin ninguna luz que le ilumine, eran como dos resplandores en esa oscuridad y justamente el de la escopeta y luego de unos minutos de haber tratado de asustar al animal seriamente dijo a todos: "Vámonos de acá mejor, eso no es un gato".<br />Lo demás supongo, serían todos los changos corriendo como podían por medio de las espinas, pero bue. Ni el más duro se queda en eso.</span></span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-91237656011462508542014-11-23T11:28:00.001-08:002014-11-23T12:05:25.976-08:00La sombra.<br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Hace unos diez años hice un retiro espiritual, del que aprendí bastantes cosas, me sirvió para ensanchar de alguna manera mi horizonte y modo de ver las cosas. No contaba sin embargo con que tiempo después, habrá sido un mes luego, una noche sólo en mi habitación, -acostumbro a dormir con todas las luces apagadas- en medio del sueño en la noche, despierto con la sensación de cuando alguien entra en la habitación, a muchos seguro les pasa eso, que cuando se percibe la presencia, tendemos a reaccionar. </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Pues bien, despierto ya y completamente consciente en medio de la oscuridad noto, que a través del único resplandor que ingresaba en la pieza por entre las celosías de la ventana, no había nadie por allí. Estaba todo en orden, sin embargo estuve seguro de despertar porque "alguien" entró y no sabía cómo porque la puerta seguía cerrada, en fin. Tranquilo miraba todo hasta que por esa luz que entraba, que no era mucho, empiezo a ver como una especie de "humo" o sombra, sin forma, que habrá tenido el tamaño de una almohada más o menos, pero que se movía, como que iba cambiando de forma y tamaño, alargándose ya, y teniéndola encima mío, de la cama como a un metro aproximadamente por arriba. He ahí, que sí, lógicamente sorprendido primero y con miedo después, veo que la cosa empezó a evolucionar, a venirse encima mío, en dirección a mí, directamente. Todo ésto transcurría en segundos. Cuando quise moverme, adivinarán que no podía mover un dedo siquiera. Estaba petrificado, aunque intentaba ya con desesperación poder moverme como sea, pero no lo lograba. Lo único que podía mover eran los ojos, para ver que junto a mi cama, siempre tuve un pequeño reloj despertador que eran las 4:15 de la madrugada y volverme y ver que la sombra ya venía bajando lentamente hacia mi pecho, y yo sin poder moverme, intentando decir algo, pero creo que sólo salía aire de mi boca, ni un sonido tampoco, no sé cómo haría, pero estaba duro viendo que cada vez más la sombra en cuestión empezaba a presionarme en la zona del pecho ahora tratando ya como de meterse en mí, ERA REAL la sensación de mierda. Bien jodida. Al darme cuenta que todo era en vano y la cosa se ponía cada vez más amenazante, no era nada amigable, empecé a rezar. Sí. Recuerdo eso y como en las historias anteriores, yo también recé como podía, porque no emitía sonido, pero con la mente, con todo le metía. </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Esto de algún modo irritó muchísimo a la cosa ésta que al parecer se puso violenta, dándose cuenta de cómo le luchaba mentalmente, y todo perfectamente despierto, nada de sueños. La onda es que la cosa después de instantes de luchar en vano se enojó y de golpe sentí una sacudida fuerte y vi que la cosa me sacó toda la ropa de cama, las colchas, sábanas, todo y ahí pude recuperar todos los sentidos. Lo primero que hice fue prender la luz de la lamparita y notar con mucho asombro -y cagazo- que toda mi cama estaba nuevamente PERFECTAMENTE tendida conmigo dentro, y lo raro es que jamás fui tan prolijo para eso, y que además soy de moverme mientras duermo; ¿La hora? En cuanto prendí la luz volví a ver el reloj, ERAN MAS DE LAS SEIS YA... Era invierno, en el 2004, y estoy absolutamente seguro y lo comprobé después cuando conté eso a muchas personas que es 100% real y más común de lo que parece. ¿qué opinan che?</span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-26899048651509304342014-11-23T11:27:00.001-08:002014-11-23T12:05:45.455-08:00El Manzano.<br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Un viejo conocido, que fue un gran pastor protestante, y tuvo una vida repleta de curiosas anécdotas contó una vez una de las historias más raras que escuché, sucedió aquí en Tucumán.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc;"><span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Cierta tarde este hombre, siendo ya Pastor, caminaba por el patio de una casa donde le habían comentado que sucedían "cosas"... Tranquilamente él recorría por una galería hecha en ese gran fondo que tenía la casa, todo lleno de árboles variados, a poco de andar, y entre medio del ver</span><span class="text_exposed_show" style="color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">de, escucha una voz, que sin parecer humana era perfectamente entendible, hablando claro, el sonido era muy extraño y parecía venir desde la copa de esos árboles que estaban todos cerca uno del otro.<br />Confundido este hombre mira hacia arriba y logra distinguir que "la voz" provenía en particular de uno de los árboles, que no era muy alto, era un manzano algo viejo al parecer de ramas caídas y con alguna que otra fruta el que emitía voces.<br />¿Qué decía? Maldecía. Según este hombre, el árbol se manifestaba insultándolo, hablando blasfemias, intentando atemorizarle, o incluso tratando de confundirlo. Recitaba a tiempo incoherencias o simplemente en un momento reía. El espectáculo duró varios minutos en los que esta persona comenzó a reprender, a pedir a esa presencia que al parecer había tomado el árbol, hasta que la cosa se calló. Sin rendirse este hombre bendijo la casa, el lugar y el árbol mismo, que pareció volver a la normalidad, no sin antes notar, que toda una parte de la planta, sobre un costado, parecía haberse quemado, pero jamás se vio salir fuego o humo siquiera. Quedó la marca un tiempo, y ante la duda del dueño de casa de si arrancar o no el árbol, este hombre respondió que no, que en todo caso ya había cesado la posesión y era conveniente dejar que la naturaleza siguiese viva, que la planta no tuvo la culpa aparentemente.<br />Lo notable aquí es que en apariencia esas entidades pueden tomar sitio en cualquier cosa física, y más aún si está viva, ya sean también animales o plantas. Pero siempre el objetivo es con las personas y no sobre las cosas.</span></span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-51625693547353991762014-11-23T11:26:00.003-08:002014-11-23T22:19:51.729-08:00La noche del viaje al revés.<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
He contado un par de historias, reales para mí y sobre todo para quienes las vivieron. En este caso dos de ellas por mi viejo, y otras por personas muy cercanas de quienes nunca dudaría. Esta, sin embargo sí me sucedió personalmente y fue en el mismo lugar de donde ocurrieron gran parte de las otras. Tal vez sea algo raro, pero pasa.<br />
A pocos días de iniciado el año 1990, tenía yo nueve años por entonces, y estando de vacaciones en Pellegrini, norte de Santiago, junto a mi familia en casa de mis abuelos paternos, cierta noche calurosa mi tío nos invita a dar un paseo desde El Mojón hasta Villa Nueva Esperanza, localidades situadas a unos doce kilómetros una de otra.<br />
La onda es que el viaje era de ida desde la casa del mojón hacia la villa, por una ruta asfaltada, pero en medio de la nada, todo eso es monte aún hoy, monte bajo lleno de tunales y tuscas, de esos donde también hay algarrobos, quebrachos y otros del paisaje santiagueño, o sea, desolación. Y si bien la distancia no era larga el camino siempre fue duro, la ruta en mal estado y esquivar pozos demora cualquier urgencia.<br />
Habiendo partido cerca de la medianoche, la cosa era llegar a nueva esperanza a cenar en unos amigos íbamos en un viejo ford falcon rojo junto a mi tío, mis dos primos, una prima y mi hermana, todos chicos salvo quien manejaba que por ese entonces tendría unos 39 años, único adulto y un tipo muy curtido, quien sirvió en tareas militares incluso, acostumbrado a vivir situaciones difíciles y parco de carácter, medido. Asi hasta esa mala noche en que quizás a mitad de camino, y viajando hacia el sur en busca del pueblo dicho y en medio de la oscuridad del campo, al falcon se le detiene la marcha... Repentinamente y con tanque cargado y sin haber recorrido gran distancia, comienza a bajar la velocidad y se detiene con sus luces prendidas. Pues bien, no era nada en apariencia, mi tío sin decir mucho baja, luego mira y sube para dar arranque nuevamente y seguir; Nosotros chicos lo tomamos como algo normal, y seguimos todos como veníamos, hablando y tonteando.<br />
A poco de seguir la marcha, nuevamente, empiezan las fallas, y el vehículo vuelve a detenerse, esta vez con motor en marcha, pero "tosiendo" hasta que se apagó del todo, ya sin luces siquiera. Mi tío comenzó a ponerse nervioso, éramos todos chicos no podíamos empujar con suficiente fuerza, pero algo podíamos forzar, sin embargo él tomó una linterna y bajó decidido a revisar bajo el capó para ver la batería y otras partes y comprender de qué trataba la anomalía en un auto que nunca dio problemas.<br />
Finalmente luego de un par de minutos logra darle arranque nuevamente y seguir viaje, siempre hacia la villa como inicialmente teníamos.<br />
Sabrán adivinar que de nuevo, y en menos tiempo, el falcon vuelve a pararse, esta vez ya pareció definitiva, apagándose luces, motor, todo. El vehículo no respondía y nosotros alborotados comenzamos a reir, a molestar, tal vez emocionados de tener que vivir esa experiencia que nos parecía divertida en medio del monte, tirados todos ahí. Al que no le gustó nada la situación logicamente era a mi tío, que como nunca, le vimos tan nervioso que hasta llegó a enojarse y firmemente nos retó para nos quedásemos quietos, cosa rara en él, que solía tener un humor bueno a pesar de ser de pocas palabras. En ese momento no dijo mucho tampoco, pero estaba irritado imagínense la situación para él de tener el auto quieto y un grupo de mocosos jodiendo a los gritos encima...<br />
Recuerdo esa noche que del lado de la villa hacia donde íbamos venía una tormenta de esas de verano, se veían relámpagos de ese lado, para poner más nervioso aún al tío que comenzaba a caminar de un lado a otro abajo del auto sin encontrar solución al asunto...<br />
Lo siguiente que recuerdo y he ahí lo loco de la experiencia, es desde el momento del auto parado, no saber qué pasó y despertar luego ya, al otro día en casa de mi abuela, de mañana ya, aturdido sin saber porqué estaba ahí, y sin explicarme cómo de pronto yendo hacia un lugar opuesto aparecimos de donde salimos sin acordarme cuándo anduvo nuevamente el motor, -luego "me explicarían" (...) que nunca anduvo esa noche, y que fue un tractor el que nos remolcó de vuelta al sitio de partida... (!!!). Lo que sigue es alucinante, y es, recordar en sueños, como luego de parado el falcon, mi tío bajó del auto visiblemente alterado, nervioso, y divisar una luz blanca fuerte, tirando a lila, como la de los arcos eléctricos, en el cielo en la parte del costado al vehículo en dirección al Río Horcones, que se encuentra flanqueando el camino a unos dos kilómetros.<br />
Siguiente a ello y siempre en pesadillas, todos, mi tío y nosotros los más chicos caminando en la ruta, pero sin perder de vista la luz de ese lado, que era lejana en el cielo, pero próxima sin embargo al monte, no muy alta.<br />
...Mi tío nervioso yendo al encuentro de la luz POSADA YA sobre un costado de la ruta, a unos doscientos metros... Y oscuridad, vacíos.<br />
Un tractor, efectivamente remolcándonos en la madrugada ya, varias horas luego de todo eso, en dirección A LA VILLA (!!!), y alguno de mis primos llorando mucho...<br />
Y despertar finalmente en casa de mis abuelos con una sensación de confusión muy grande. Lógica.<br />
En las pesadillas que se dieron, recuerdo el miedo, pero consciente, lúcido, he vuelto a pasar muchas veces por el lugar y nunca sentí temor. Me quedó sólo mucha curiosidad del momento aquel que recuerdo claro aun. ¿Qué sería? No lo sé, o tal vez no quiera saberlo mejor. Pero lo imagino...<br />
En fin.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9Ce-BRut4GSf1OXb5drd7W7uroO_ggJMf0782FecUtxAPVa3fVhZnPKhytiHGm9vMAPKTVMVmT-ZVSTMXbUA_2YBTULHe8bBHL8lx2rAsJGPEt9SqbTKF28qgu4SLUON83YI7PbeLJRQ/s1600/P090813_19.34_%5B01%5D.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9Ce-BRut4GSf1OXb5drd7W7uroO_ggJMf0782FecUtxAPVa3fVhZnPKhytiHGm9vMAPKTVMVmT-ZVSTMXbUA_2YBTULHe8bBHL8lx2rAsJGPEt9SqbTKF28qgu4SLUON83YI7PbeLJRQ/s1600/P090813_19.34_%5B01%5D.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-21471294399432066072014-11-23T11:26:00.001-08:002014-11-23T12:06:23.006-08:00Los dos hombres que se "esfumaron" de la faz de la Tierra.<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Eran dos agricultores de la zona de la Ramada de Abajo, vecinos de finca, humildes, uno estaba de novio hacia poco tiempo con una muchachita del lado del pueblo, el otro, menor, tenía unos veinte años, pero parecía mayor por la vida del campo y sus durezas.<br />
Además de ser vecinos tenían un trato de conocidos, de iguales, se trataban con respeto, pero pocas veces les había tocado estar en los mismos lugares, tal vez por la diferencia de edad, pero en ese momento algo los venía uniendo. Sobre las fincas de ambos "pasaban cosas" que ellos interpretaban de mal signo, Pedro, el mayor, notó en esos últimos días como sus animales estaban raros, tenía unas cuantas vacas y de ellas ordeñaba diario a dos, que estaban dando de mamar terneros; De pronto la leche de ambas se volvió agria, les salía leche fuerte, cortada, entre otras cosas. El perro de Pedro, siempre fiel lo seguía a donde fuese, dejó de frecuentarlo y de noche, un buen vigilante, se había vuelto miedoso al punto de meterse bajo una chapa en el patio.<br />
A Manuel, el más chico le pasaban cosas parecidas con los animales, por ejemplo con las gallinas, cuentan los familiares, que cantaban de noche, no dormían ya en los árboles de la casa y andaban "cachizas", irritables, armaban lío de la nada, como si viesen algo en pleno día incluso...<br />
La onda es que los dos hombres se cruzan una tarde por el camino y como es habitual, se saludan y conversan un par de palabras, se supo luego que lo hablado fueron las cosas que pasaban en ambos lugares, y lo extraño de todo el asunto desde hacía unos días y sin explicaciones...<br />
Llegado a oido de los familiares y otros paisanos, coinciden en que tanto Pedrito como Manolo (así los llamaban) creían haber estado bajo algún gualicho o maldición porque a los otros vecinos cercanos nada de eso les sucedía. Parecía que "algo" se había agarrado con ese sector solamente y los animales daban la alarma de eso.<br />
Así, los dos reunidos ya para discutir y ver más a fondo los hechos ocurridos, coincidieron en que todo era obra de un "pai" oriundo de Bolivia que hacía poco había llegado por el pueblo, y que a todos les resultó poco dado, de mirada desconfiada, pero de costumbres muy discretas, por ejemplo pasear solo de noche por la zona, sin saber nadie para qué.<br />
Resueltos los dos vecinos decidieron que lo más fácil era consultarlo para salir de la duda y saber por qué a ellos, qué fue lo malo que hicieron acaso para enojarle o cosa parecida, siempre con respeto.<br />
Llegados a la casita donde paraba el pai, los hombres recibieron por respuesta de éste, contado luego por él mismo, que sobre ellos pesaba un "trabajo poderoso" y que él no podía manejar semejante desafío, que si no los hubiese ayudado.<br />
En las familias de ambos se comentaba ya como si fuese un hecho lo de la maldición y es la novia de Pedrito la que escuchando la radio anota un anuncio de un conocido parapsicólogo de la ciudad, que ofrecía solución inmediata a todos los problemas, incluidos los de campo. Así, le comenta al novio la noticia del tipo aquél y se deciden ahora los tres, Pedro, novia y manolo tomarse el entonces "Benjamín Aráoz" (colectivo que pasaba cerca) y venirse al centro para dar con el milagrero de la radio.<br />
Esto cuenta la novia años después, de la cita con el "brujo negro" (así se hacía llamar), el llegar al despacho, todo adornado de imágenes de toda clase, y pasar después a un saloncito donde el tipo, a cambio de bastante plata, para esa época y de futuras pagas en cosecha de los campos afectados, resolverles el mal con una serie de acciones en las que él no iba a necesitar estar presente.<br />
Recuerda Vilma (novia entonces de Pedro) que el brujo les ordena a ambos hombres dormir en sábanas rojas en sus camas, o fabricarlas para eso, baldear la casa con una mezcla de agua, vinagre y medio kilo de sal y llevarse unas estampitas que ella ahora asocia con algo parecido a la imágen de Sai Baba (...)<br />
Decididos a eso los dos agricultores arman todo lo pedido por el brujo, y Vilma colabora con un pedido especial, dicho a ella "aparte" por el brujo negro en voz baja: "No se lo cuenten a nadie, ojito".<br />
Todo eso pasó un viernes, se acuerda ella.<br />
Llegado el domingo, la luna creciente, y sin entender muy bien, porque el brujo nunca ordenó tal cosa, los dos vecinos salen solos esa tarde con rumbo al oeste, para el lado de los cerros cercanos, pasando por una finca de limones cuyo dueño testificaría luego haberles cruzado a eso de las cinco de la tarde "caminando como borrachos", porque iban riendo los dos cada uno en su bicicleta, y como mareados siempre según el testimonio.<br />
Vilma sin cuestionar la partida de ambos va a la casa del novio y en la entrada nomás, al lado del portoncito de alambre dice haber hallado la estampita que le dio el brujo a Pedro, quemada en el medio, como si le hubiera puesto una vela abajo y le hubiera hecho un agujero en la parte de la cara...<br />
Sin darle mucha importancia ella toma la imágen y la tira a una acequia creyendo que el brujo les habría "ordenado" quizás quemar todo después de hecho lo pedido.<br />
Lo que sigue es muy raro aun hoy para la gente de la zona. Los vecinos no volvieron esa noche, el perro de Pedro que se venía comportando raro, aparece ahorcado en un poste bajito de la parte de atrás de la casa, con una correa que nadie había visto antes. La familia al hacerse tarde ya, muy de noche se dirige a un vecino policía, que trabajaba en Villa Benjamín Aráoz, para darle parte de la desaparición, y entre las familias, sobre todo los hombres y changos se juntan para salir a buscar nomás.<br />
Se hace el otro día y nada, el grupo de gente era grande y las huellas de las bicicletas se hizo confuso después de un par de kilómetros del poblado, y la gente del camino que los conocía juraba no haberlos visto, era de tarde, pero nada.<br />
Avisada la policía y varios a caballo de los familiares y vecinos, se arma la búsqueda de ambos, con gente preocupada porque era raro que se perdieran así los hombres, que conocían como la palma de sus manos la zona, y temiendo lo peor, se arman entonces búsqueda de vivo o muerto en toda la zona norte de la Provincia, incluso en Salta ya, no sea que se hubieran ido para el lado de la Laguna de Robles y cruzado al sur salteño, todo muy complejo.<br />
Es el pai boliviano el que rompe un poco el misterio, (lo agrava más aún) declarando que el "sentía" como que los dos hombres buscados se hallaban muy lejos ya del país, como desde Africa, decía el tipo, pero sin dar pista muy clara de todo...<br />
Sugestionados todos y tomando importancia el caso ya en toda la provincia, es un "changuito" el que a la semana más o menos de iniciado el rastrillaje y sin mucha pista de nada, halla una gorra verde que era la que llevaba Manolo el día de la desaparición, a unos cinco kilómetros nomás del último lugar donde los vieron, lo raro es que la gorra "le cae" al chico desde arriba como del viento.<br />
Con todo eso sigue la cosa, en vano porque cada vez pasaba más el tiempo y no se sabía nada de nada.<br />
Vilma lleva todo para el lado del brujo negro, que termina yéndose a San Juán sin declarar mucho más "llamado" por un trabajo tambien y aumentando las dudas.<br />
De Pedro se halla tiempo despues la bicicleta "vendida" a un hombre en Rosario de la Frontera, que juró que dos hombres raros, como confundidos, aturdidos se la vendieron a cambio de unos pesos pero que hablaban con un acento "de afuera" como gringos, por lo que les aceptó y se marcharon con la otra bicicleta sentado uno en el caño, el más chico según el hombre con rumbo a una plaza...<br />
Pasaron los años y todavía desconcierta lo siguiente: El día de la venta del rodado, FUE EXACTAMENTE EL MISMO DOMINGO de la desaparición, y el testigo a poco de haber declarado eso, amaneció muerto, quemado en su propia cama en Rosario de la Frontera con una extraña estampita que al parecer no se quemó a pesar de haber ardido todo.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-3030465988408563942014-11-23T11:25:00.001-08:002014-11-23T12:06:49.801-08:00La nena.<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Sin intención de "inflar" mucho la historia, es más o menos como la escuché y conozco a sus integrantes personalmente. (...)<br />
"Tina" una nenita de unos cuatro años, vivía en casa con sus padres, a quienes los voy a nombrar como Martin y Natalia, no gusto de quemar personas, pero la historia es rara.<br />
La pequeña, hija única de un matrimonio joven, era de un carácter tranquilo, buenita, no demostraba incluso las rabietas de otros chicos en su edad, y era lógicamente la mimada en su casa y por toda la familia, allegados y demás. Inspiraba ternura con sus cosas de chiquita, nadie podía decir nada malo de ella, pobre...<br />
La onda, es que en casa de Tina, eran frecuentes las visitas de tíos, abuelos, amigos, y cuanta persona conocía de ella, porque despertaba simpatía realmente, hasta el punto de que muchos la consentían cuando podían; La nena era felíz en ese mundo de adultos siempre atentos.<br />
Natalia era quien más se encargaba de las visitas, pues Martin trabajaba en ese entonces todo el día y llegaba medio tarde a veces, para cenar, jugar un rato, y dormirse cansado; Por tanto, era común en esa casa la presencia de mujeres sobre todo, que son las que más demuestran el cariño con la llegada de los chicos; De ese grupo de amigas siempre presentes, se destacaba "Eva", quien a fuerza de estar prácticamente a diario en esa casa se había ganado la amistad incondicional de la madre y el cariño de la niñita asimismo que veía en Eva una especie de segunda "mami" como le empezaba a llamar...<br />
Ciega en la confianza por la proximidad y el cariño de la hija, Natalia encuentra en esta amiga una persona a quien confesarle muchas cosas, como suelen hacer las buenas amigas, inclusive algunas que pasaban cierto límite en esa intimidad de mujeres.<br />
A Eva parecía gustarle ese lugar dado en la relación con Natalia y también el ganado en la casa especialmente, porque hasta una habitación para huéspedes tenía para sí, cuando deseaba pasar la noche; Las visitas empezaban a prolongarse y quedarse ya era algo cada vez más común para esta mujer.<br />
¿Qué cómo era Eva? (escucho las voces masculinas que preguntan eso, que no viene al caso, pero bue: De unos veinticuatro años, medio bajita, pero muy linda chica, y lo sabía, se cuidaba bastante y en ciertas ocasiones lucía más preparada que lo habitual para ser una visita) No viene muy al caso la descripción, pero sí contar y esto es cierto, que también Martin era un chango buen mozo según las mujeres, y entre ellos dos, entre Eva y el padre de Tina eran poco más que conocidos solamente. Había trato, de hecho, pero la falta de tiempo solo les daba un trato cordial, además así son los santiagueños, de amabilidad fácil, que a veces se puede malinterpretar. Pero sigo.<br />
En ese convivir de confianza Tina se sentía protegida sino por todos, por esos tres padres, porque la familiaridad de Eva en casa era mucha ya, al punto que Natalia salía sin miedos dejando a la criatura al cuidado de la buena amiga, sabiendo que estaba bien así...<br />
En ese ir y venir, y Eva durmiendo prácticamente noche de por medio en esa casa, que es de esas antiguas llenas de cuartos, Natalia parecía pasar por alto los cada vez más seguidos "tropiezos" de Eva con Martin; Siempre de noche, que es cuando él estaba, y con pretextos de todo tipo, desde ir al baño, hasta cruzarlo cuando el hombre se levantaba a buscar algo. (...)<br />
Todo iba bien, era todo normal, nada fuera de perfecto que parecía a Natalia esta situación de tener una amiga cama adentro que se moría por mimar a la nena (Y sepan a quien más si hubiese podido...). Llega obviamente el momento se hacía esperar, y es cuando Natalia, una tarde al volver de unas compras y encontrar a Tina durmiendo en su piecita, se topa con Eva tendida en la cama matrimonial, "estimulándose" (con esas palabras) ante un retrato de Martín, y rápidamente al verse descubierta, entra en crisis de llanto, pidiendo perdon a Natalia, y argumentando avergonzada que no se trataba de lo que ella pensaba...<br />
Por esas cosas que tal vez algunas mujeres tienen, Natalia prefiere evitar el asunto y hacerse la desentendida de lo que vio, calmando a la amiga que desde ese momento aumenta el juego peligroso, doblando las apuestas.<br />
Así, Eva ya no sólo tropezaba con Martin "sin querer" por las noches, sino que incluso a días, esperaba con el desayuno en la mesa cuando éste se levantaba temprano para salir. Natalia sin embargo y con la sospecha, atenta a ciertas cosas, empezaba a querer disminuir los favores de la amiga, pero tarde. Había confiado cosas demasiado íntimas de su relación con el marido y Eva aprovechando la información hizo uso por lo bajo de todo recurso.<br />
El escándalo se da una noche, para confirmación de Natalia cuando Eva y desde el cuarto donde dormía, paseándose casi sin ropa, con los pechos al aire, contaría Natalia después, pide de un grito ayuda a Martin al encontrarse un alacrán supuestamente en un mueble...<br />
La madre de familia, harta, furiosa por semejante cosa, que no era más que un ardid de Eva, el más jugado, le ayuda a vestirse como puede y la despacha sin más de la casa, con la amenaza de que no volviese a pisar más ni por chiste, y menos arrimarse a Tinita ni al marido. Imaginen eso.<br />
Lo absurdo, lo extraño, comienza a suceder días después del incidente, que por vergüenza en ese momento el matrimonio prefería guardar para sí, y sobre todo de Tina, que sentía mucho la partida repentina de esa nodriza tan buena con ella como una madre más...<br />
Y es que Tina, comienza a preguntar a la madre, con una curiosidad al principio tomada como algo infantil y luego cada vez más inquietante, "costumbres" de su padre. Cosas de la intimidad del padre, perdiendo de a ratos la inocencia en sus preguntas y comenzando de a poco a utilizar un lenguaje de adulto, incluso en sus términos, de palabras que a más de una mujer le pondrían incómoda. No era normal eso, para nada.<br />
Lejos de responder, porque le faltaba la capacidad de enfrentarse a semejantes planteos, la madre se horrorizaba porque Tina empeoraba y había empezado a manejar palabrotas y usos "como de prostituta" segun Natalia. Tina ya no sólo quería saber de cosas de adultos, parecía ahora saber más que la madre de hábitos impensables para la mente de una criatura tan pequeña, decía aberraciones que parecían sacadas de películas con orgías y manejando con su pequeño vocabulario imágenes que a la madre le provocaron terror.<br />
No es necesario y tampoco conozco detalles gráficos de qué diría exactamente, pero la madre siempre recuerda la comparación con prostitutas, en cuanto a lo sórdido del comportamiento de la nena, que pasó de las palabras a las insinuaciones abiertas, a un padre que sorprendido y asqueado por esa perversión que parecía ya maldita, decide poner freno urgente al otro día de pasar una noche despiertos todos por un ataque de la nena, fuera de sí, comportándose como una mujer desquiciada ante el rechazo de su mejor amante.<br />
Es entonces por fin, que luego de semejante crisis y al borde del llanto, en pánico los padres toman a Tina -que en ese minuto estaba calmada- y la llevan donde un curita sanador. Un sacerdote viejito en una Iglesia que en ese momento estaba vacía, una tarde de Agosto, y le confían parte de la historia de la nena, aterrados, atropellándose en las palabras para describir al cura lo que de la nena salía...<br />
Éste por experiencia en casos similares, y tratando de mostrarse calmo, -temía lo peor- comienza a indagar a los padres acerca de personas cercanas y no tanto a la nena. Que la familia, que los amigos, que algun allegado, si la nena concurría a algún jardín, en fin. Queriendo darse una idea de dónde pudiese provenir semejante causa para una pobre víctima que aún no terminaba de hablar correctamente y ya pronunciaba tan firme cosas así de retorcidas.<br />
Digo en parte, porque contaría "Natalia" luego que por vergüenza omitieron contar lo de Eva, pero no fue necesario llegar a eso, porque de pronto el mismo Sacerdote, y cortando el aire con un grito que pareció de miedo dijo "¡Es la Eva!" Asímismo, y les quedó grabado eso. El cura en el momento reconoció con nombre y todo a la causante. "Les ha metido un trabajo terrible a la nenita" les dijo, retomando la calma.<br />
Queda contar el final, que es inmediato a esto y con el Sacerdote, un diácono jovencito y un cura que se encontraba de visitas y con los padres como testigos, que le practican un exorcismo, sin mediar autorizaciones largas, y apurando a la sanación de la criaturita, que luego de caer y llorar un poco, resulta liberada de lo que aparentemente aquella persona les conjuró en castigo, en especial a la madre.<br />
Resta solo decir, que en la actualidad "tina" lleva una vida normal nuevamente, ha cumplido siete añitos y ha vuelto a ser desde entonces una niña como lo fue antes de todo, y no ha vuelto a recordar nada de todo ese episodio horrible. Los padres actualmente están tranquilos ya, pero no pierden ocasión de agradecer por haber superado semejante experiencia. Que nunca les suceda.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-57973522446050808932014-11-23T11:24:00.001-08:002014-11-23T22:46:51.756-08:00El perrazo.<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Historia real, a la que le voy a cambiar los nombres, porque puede tratarse de gente a quien conozcan. (...) "Pilar" era madre por segunda vez de un bebé de unos dos meses, y estando juntos ella, el bebé y su otro nenito de unos tres años, una noche en su casa, en la cual "pasaban cosas", y ante la partida del esposo que trabajaba en ese turno, resuelve cerrar todo con llave, incluso ventanas y demás ya que a pesar de las rejas era invierno y se sentían más seguros así, como cualquiera lo haría. Aclaro que la señora hacía poco tiempo había comenzado a congregarse en una iglesia evangélica junto a su marido, más no tenían idea de lo que desde entonces iba a empezar a sucederles en esa casa. </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Retomando el episodio, Pilar ya habiendo cerrado todo se lleva a los niños al dormitorio matrimonial, y vencida por el sueño se duerme junto a los chicos, dando la espalda al mayor y abrigando al bebé. Aquí es confuso, pero serían las doce de la noche más o menos cuando escucha la madre un golpe fuerte en el comedor de la vivienda y se levanta a ver qué ocurría, sin sentir miedo alguno, cuando comprueba que una de las puertas que da hacia el jardín estaba mal cerrada. Extrañada Pilar decide ponerle llave y pasador, -cosa que juró haber hecho antes- cuando desde atrás sintió muy clara una voz que le dijo -"Para qué cerrás si yo ya estoy adentro". Presa de nervios, pensó ella en que sólo era una sugestión por estar sola con los niños una noche así, volvió a la habitación y después de un rato de confusión por eso, optó por encerrarse en la pieza, y con la puerta cerrada apagó las luces y se volvió a dormir. </span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Lo más inquietante sucedió después, ya no sabría indicar qué hora fuera, pero era madrugada seguro, cuando despertó extrañada por un ruido muy cercano a los chicos, se oía como un jadeo y sin todavía preguntarse qué era inmediatamente prende la luz y se encuentra al lado del bebé y mirándola fijo un enorme perrazo negro, tan grande según ella que las patas casi le llegaban a los pies de la cama. El animal la miraba seriamente, y en cuanto ella tuvo el impulso de tomar a su bebé que aun dormía a su lado, el perrazo comenzó a gruñir mostrando sus dientes, de modo amenazador pero sin hacer mucho ruido, era como si la advertencia fuese sólo para la madre, sin intención de molestar a las criaturas...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Presa del pánico Pilar no tuvo mejor idea que volver a apagar la luz y ponerse a rezar en voz alta de todas las maneras conocidas, tratando de no perder la poca compostura que le quedaba, y a medida que iba avanzando la súplica el jadeo del animal se iba debilitando hasta que sintió ella que de pronto la sombra del animal se desvanecía y prendió la luz para comprobar efectivamente que sea lo que fuese, ya no estaba allí y de todos modos jamás pudo entrar en la casa esa noche, menos en la habitación. De más está decir que la casa, (ubicada en la calle Buenos Aires al 3000 y pico) fue inmediatamente vendida a otra familia y el matrimonio con sus hijos se fue a vivir a casa de los padres del marido, pero quedan todavía por lo menos dos historias más que sucedieron allí hasta que lograron mudarse, espero contarlas próximamente. Fueron reales.</span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-78454337802565346322014-11-23T11:23:00.001-08:002014-11-23T22:47:44.820-08:00La casa en calle Santiago.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
He pensado mucho tiempo y aún hoy me viene ese impulso, de hacerme pasar por un potencial comprador -y de verdad quisiera serlo- y pedir permiso para conocer con detalle esa intrigante vivienda de la que tanto he oído en muchos años, y considerando el cariño que he tomado por esa zona, donde he trabajado muchísimos años y aun hoy sigo rondando por distintas ocupaciones; Quisiera estar en el sitio de tanta historia rara, y a juzgar desde afuera, la casa, rodeada de construcciones que la hacen ver cada vez más pequeña en el conjunto del barrio, lleno de edificios y casonas mucho más visibles, no deja entrever mucho misterio, a no ser por una serie de cuestiones que la inscriben quizás como un hito en medio de ese aglomerado del centro.<br />
Inicialmente en el terreno había una construcción de principios del siglo pasado, donde habitaba una familia sirio libanesa, que por su actividad comercial progresaron dejando su vivienda para trasladarse a sitio más cercano al centro, quedando el lugar deshabitado y luego de unos años siendo demolida para dar lugar a la casa que todos conocemos actualmente, de estilo algo inglés, con sus rejas talladas, sus terminaciones finas en madera, el techo en marcada pendiente de tejuelas negras y los altillos y el modesto jardincito. Nada del otro mundo en apariencia...<br />
Un matrimonio, primero, con un apellido ligado al azúcar, hace bastantes años es el primero en habitar la casa, que por entonces si se destacaba, pues no era tan poblado de departamentos y la vida más tranquila hacía del vecindario un lugar quieto a veces, sin demasiado para contar, a no ser por la proximidad con la Iglesia de San Roque, en esa misma esquina.<br />
Su vida normal, al ser gente mayor y con hijos viviendo fuera, no presentaba motivos de sospecha para los vecinos que veían con simpatía a estas personas que tampoco eran muy dadas; A veces había reuniones en esa casa, para las fiestas, o algún cumpleaños en marzo al parecer, pero nada más que eso.<br />
Luego, y de un día para el otro, la gente del barrio se da con la noticia de que la casa fue abandonada repentinamente, la mudanza del matrimonio fue hecha en una sola tarde y a prisa sin mayor explicación.<br />
Dirá luego Don Otermín, el viejo propietario del almacén de la esquina que la empleada cierta vez refirió ver a un "monje" pasear por los pasillos, y que esos los señores le achacaban a la imaginación de la jovencita que por temor contó aquello, ante el descrédito de los dueños de casa.<br />
A poco de aquello, es otra familia la que llega a la casa, sin sospechas de nada, y es a una hija adolescente a la que comienzan a aparecerle siluetas extrañas, sobre todo al pie de la escalera, -visible desde la calle- y en un pequeño patio interno que da al sur. Las apariciones constantes alarman a los padres de la muchacha que deciden tomar por confusión de su hija los relatos. La chica, que entonces iba al Colegio Guillermina, acabará sembrando la historia primero a sus compañeras y luego tomará fama en toda la ciudad, pero sin llegar a explicar bien con palabras lo que sucedía allí dentro.<br />
Finalmente, y luego de que la joven y su madre son "encerradas" en uno de los cuartos con llave, "por algo" que parecía saber abrir y cerrar puertas a gusto, es cuando la familia pone en venta el inmueble.<br />
Serán otros desgraciados propietarios un tiempo después los que acaban de poner la nota de terror al lugar.<br />
Un ingeniero, militar retirado y su familia, con chicos y una tía aparentemente extranjera, se instalan en la casa sin conocer su fama, o tal vez no dando importancia a lo que oyeran. Aquí entonces ya no son sólo "siluetas" que aparecen, o un travieso algo que gusta de las bromas de las puertas que se abren y cierran. A esta familia, además de visitas de formas y sombras, les sucede a poco de llegar, una bienvenida de platos que caen de la decoración en paredes, muebles que se mueven de su sitio y lámparas que bailan solas sin motivo aparente, sobre todo a las mujeres de la casa en cualquier horario que las encontrara solas en alguna habitación o hasta en espacios como el baño o la cocina. Ya no eran solo visiones, eran verdaderas manifestaciones de lo paranormal; o luces que provenían "del piso", o un "hombrecillo" vestido de hábito negro que tarareaba sentado los sillones del living y cosas así, demasiado perturbadoras para seguir pensando sólo en imaginaciones o sugestión.<br />
Lógico, esa gente se va de allí.<br />
La casa pasa muchísimos años en inmobiliarias sin suerte de alquiler siquiera. Ni hablar de compradores, la fama estaba echada ya. Transeúntes y vecinos son los que entonces testifican ver luces que se prenden y apagan, ruidos como de gente reunida conversando animadamente adentro -no vivía nadie- y "extraños humos" por lo que más de una vez se llegó a llamar a los bomberos ante la alarma de los vecinos que creían un incendio y al rato desaparecía como llegó por los techos...<br />
En esos períodos de soledad, por momentos muy breves, la casa tiene nuevos inquilinos, y aquí llega el testimonio de Marcos, un conocido al que le confío que visita en esa casa a sus tíos acabados de mudar a principios de los noventa al lugar. Y es que limpiando, su tía Susana, una tarde, sobre una mesa que quedó en la casa y estaba obviamente percudida por el tiempo sin uso, se lleva el susto de su vida, cuando al terminar de limpiarla y habiéndola dejado lustrada, en un descuido de darse vuelta solamente y voltear a ver nuevamente, se da con la mesa completamente sucia, con caca de pájaros seca, como de hace bastante; Sin asco por eso, pero espantada por un letrero hecho como con un dedo de la mano que escrito decía "Andate", esta mujer casi pierde el equilibrio y a los tropiezos corre fuera para luego cruzarse a la Iglesia y narrarle al sacerdote de turno lo ocurrido.<br />
El Padre, sabiendo de oídos cosas acerca de la casa le recomienda bendecirla y no temer; Pero tarde, porque a la familia le toca experimentar con mayor violencia lo que a las anteriores, los vuelos de la vajilla, la rotura de ventanas, los muebles que se movían solos, cajones que caían de su estante, y demás, abandonando en poco tiempo el sitio que parecía definitivamente "tomado" por esa extraña fuerza.<br />
La casa, en estado de dejadez, por mucho tiempo deshabitada, vuelve a los largos períodos de olvido y muchos comienzan a interesarse nuevamente, perdiendo el interés cuando les llegan las historias, y actualmente, -no se si será visión o no- es un matrimonio de dos ancianitos la que la habita, y se pueden ver todavía por ratos a una señora muy mayor sentada conversando en una mecedora con un viejecito de aspecto cansado adentro... Pero calculo que son gente viva y no espantos, gente que tal vez como yo, no teme a esas cosas y disfruta esa hermosa casita con o sin los inquilinos de siempre...</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-8217387397610633712014-11-23T11:21:00.001-08:002014-11-23T22:48:12.497-08:00Del que mataba perros.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;">Gracias E.R. por traer este recuerdo borroso. A tu Memoria. Donde estés.</span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Del Barrio Independencia en Aguilares se sabe que, como en cualquier barrio, las familias tienen perros. Para Oreja ni los dueños ni sus canes son de raza. Carentes de pedigrí de cuidados, se enferman y el vecindario lo llama a él para poner fin a la vida de la mascota.<br />
Según los vecinos, Oreja es un personaje de dudosa reputación; Pero él dice que cumple su trabajo. Tiene tres recursos para acabar con el animal, la horca, la asfixia, la golpiza, en ese orden según las circunstancias.<br />
De unos 65 años, contextura mediana, piel oscura, delgado como un calendario , realiza cerca de sesenta ejecuciones anuales. Su tarea la llevó a cabo durante diecisiete años, exactamente 1.022 sacrificios.<br />
Uno de los últimos, los presencié yo.<br />
Llegado a la casa bajo un sol abrasador, Oreja recibió el dinero sonante, al terminar de contarlo tomó al animal por el cogote, le puso soga al cuello, llevó arrastrando hasta un árbol junto al río Medinas y el perro pequeño y nauseabundo que respondía al nombre de "Búfalo Bill" ni siquiera pudo defenderse.<br />
Todos los perros conocen a Oreja, lo olfatearon en el barrio alguna vez. Lo enfrentan con el mismo atolondramiento con que se mira a una guadaña venirse encima: <<no a="" buscando="" debe="" estar="" este="" otro="" sujeto="">><br />El no es cariñoso con ellos por supuesto, pero tiene autoridad y los animales sienten eso de respetar un orden superior.<br />Según los chicos de la calle 9 de Julio es un tipo que odia a los perros; para los vecinos de la calle Catamarca en cambio no, que odia a otra cosa ignota y se desquita. El año pasado oreja dejó de "trabajar". La gente iba a buscarlo a la prefabricada y él se negaba, contestando no poder. Muchos de quienes lo odiaban estaban desesperados. Veían agonizar al animalito de tantos años al lado de los chicos llorando, pedían por favor señor Oreja... "No puedo". ¿está enfermo? "No". Era otra cosa inexplicada.<br />Incluso se preguntarán por qué no recurrir a las modernas clínicas veterinarias cada vez más recientes en la ciudad. Y la respuesta llegaba cada noche cuando los cuatro o cinco veterinarios eran los que recurrían al hombrecito para cumplir la dura tarea para la que ellos se prepararon, pero pudiendo por muy poco dinero delegarle al verdadero profesional.<br />Desde hace un año que se imaginan conjeturas a esta dramática decisión. Se aisló extremadamente y el ojo izquierdo le tomó la forma de una frontera. Plantó amapolas en la vereda que se secaron.<br />Oreja dejó de salir a la calle. Se pensó que estaba tomando, pero las vecinas no notaron nada raro. Tampoco se le vio traer cajas de vino desde el súper.<br />Un chico de la cuadra me relató algo que viera él con el último animal. Oreja fue a buscar un perrito en las condiciones comunes; Llevaba la soga. La casa a medio construir y el dueño que trabajaba en el turno noche del ingenio no lo podía criar y se enfermó. Era feo, feísimo el animal, flaco y sin una seña agradable, más bien chico. Deshabitado. Pero esto era lo ordinario; lo rarísimo es que se llamaba "oreja" también. Tenía una oreja caída.<br />El verdugo lo agarró del cogote, le pasó la soga y empezó a arrastrarlo. El animal se frenaba con las patas puestas hacia adelante como si supiera. Lloraba tanto, y tan lastimeramente que Oreja se detuvo en la esquina. Lo miró largo, llamándolo: "Che oreja, portate bien". El perro lo lamió. El le pasó la mano por el hocico, "vamos". El animal seguía resistiendo; los aullidos eran feroces y se ahogaba con la tensión. Oreja se detuvo en la mitad de la calle; no pasaba ni un vehículo a esa hora. El perro imploraba que por favor con los ojos, como si estuviera convencido de sus ganas de vivir, de que se curaría de la enfermedad lo prometía, que no haría escándalos cuando su patrón fuera al ingenio y sería otro.<br />Parados los dos en medio de la calle, el espectáculo parecía íntimo. Oreja acarició fuertemente al animal, lo levantó en brazos y siguió caminando. Nunca había hecho algo así. El animal refugió su cabeza bajo su brazo llorando despacio, como aquel que no comprende el mundo y por eso mismo le parece absurdo una condena. Oreja lo calmó con otras caricias, pero el animalito lloraba a lo niño que acaba de aprender el principio elemental de la injusticia. De ese que además se oye con tajante, sacrificador, brutal, no.<br />Oreja se detuvo junto al río. Trataba de calmarlo. Le hablaba, lo llamaba "querido". El perro cesó el llanto inaudible y lo miró a los ojos, hondo, desde otra dimensión filogenética. Desde otra costa, dulce, agradeciendo el indulto.<br />Oreja empezó a llorar. Se secó las lágrimas con las mangas del saco y besó al animal. Lo colocó suave, como a un algodón sobre un parquet, y pasando la cuerda alrededor de un tronco, tiró con fuerza hasta que el perro supiera que se encontrarían labio con labio bajo la tierra.</no></div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-2472300259974654202014-11-23T11:20:00.001-08:002014-11-25T11:18:21.726-08:00Del Padre Pedro Filis Pierre.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;">Tal vez en Latín "Pedro hijo de Pedro", sacerdote Católico de origen haitiano, llegado al país para radicarse en el interior santiagueño hace muchos años ya, pero todavía muy conocido por sus "milagros".</span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Previo a sus famosas intervenciones de sanidad espiritual hay un rosario de historias dignas de contarse, para magnitud del curita que pudo lidiar con ellas.<br />
De la muñeca "jana" y la chica de Clodomira se supo cuando "Antonia", una adolescente de 16 años, humilde y dedicada a los estudios y a ayudar en la casa, recibe como regalo muy especial de una amiga cercana y vecina, una muñequita de esas de porcelana vieja, pero toda adornada con vestidos y joyas de fantasía que no hacían más que darle más carácter al juguete que como detalle más dramático tenía unos ojos de vidrio que parecían reales, con sus pupilas azules y unas pestañas haciendo conjunto dignas de una persona real...<br />
La onda es que a poco de ser agasajada con la muñeca, Antonia empieza a portarse raro, primero con arranques de sonambulismo nocturno alrededor de una mesa en el comedor, y luego con noticias de que en la escuela de Clodomira adonde ella iba, sus compañeros y hasta los maestros decían verla decaída, como enferma en su pupitre en medio de la clase, y llegar alguien de afuera jurando haberla visto al mismo tiempo en un patio, o amacándose en un columpio en la entrada del lugar, lejos del aula donde ella permaneció mal, sin moverse en ese mismo instante...<br />
Cosas que empezaban a extrañar a todos en el pueblo se hablaban de Antonia y su familia ya bastante inquieta no sabía cómo negar tal reguero de rumores, porque a todo se sumaba la imaginación exaltada de la gente del lugar que agregaba toda clase de fantasías sobre la pobre chica que entraba cada vez más en una especie de pozo depresivo o enfermedad.<br />
Es la madre limpiando la casa la que se halla con la muñeca "jana" un día con la ropita toda manchada de sangre, y con otra expresión en la cara, distinta a la que le conocían. La mujer asustada por eso decide arrojar al muñeco a un pozo ciego que fue aljibe en el patio de la casa y taparlo con unas tablas sin decir más nada del asunto.<br />
La cosa es que a los días la madre limpiando nuevamente vuelve a hallar a la muñeca fuera del pozo en la pieza de la chica que venía de mal en peor, -ya hasta hablaba incoherencias- y le cuenta al padre y los hermanos más grandes que toman al juguete y lo destrozan a hachazo limpio hasta picarlo en pedacitos, llevando a Antonia al curandero, temiendo un conjuro ya.<br />
Lejos de mejorar Antonia deja la escuela, queda en cama muchos días y a ratos pedía ver a su muñeca solamente, diciendo que en ella encontró una amiga que le decía cosas de muertos, le adivinaba el futuro y otras cosas raras; La familia le comenta que han destruido a la "jana" porque es del mal, y Antonia desesperada dice haber perdido a su otra persona (???)<br />
Por ese entonces con fama de duro, de llevar a cabo ayunos de muchos días y penitencias de Fe memorables, es llamado el Sacerdote Pedro Filis Pierre a intervenir en un caso así, de Antonia delirante y ahora obsesionada con esa muñeca y las cosas que le decía en sueños aparentemente.<br />
El cura llegado a la humilde vivienda lo primero que oye, es del muñeco y cierra sus sospechas, ha entrado el mal en un objeto muy utilizado para esas cosas, y ha tomado posesión de Antonia, fuera de sí y vista por todo el pueblo colgando de árboles o ya trepada a los techos de algunas casas, mientras está tirada en su cama delirando con fiebres y demás...<br />
El caso famoso, sigue ya en la Iglesia de Clodomira donde es llevada por el Padre Pierre y en sesiones de exorcismo, cuando el Sacerdote ordenaba a la pobre víctima repetir el pasaje del Padre Nuestro "Más líbranos del mal", la jovencita se detenía, no podía articular las palabras hasta llegar al punto de emitir una profunda voz desde dentro diciendo "Nunca" a lo que el Padrecito reprendía ordenando en nombre de Jesús abandonar el cuerpo de Antonia, y recibiendo siempre la negativa rotunda de parte de quien diría Pierre, "Era el mismo Satanás", por la forma en que se manifestaba.<br />
Llevó varias semanas en las que sólo se descansaba un rato por día, verdaderas maratones de liberación espiritual y desgaste enorme, que el buen Pedro Filis Pierre lograse la huida del mal espíritu de la joven, que al borde de la muerte recuperó una vida normal luego de aquel dramático incidente con fuerzas que parecían superar las del hombre normal, pero que gracias al auxilio de Dios pudo superar.<br />
La enseñanza es que la curiosidad no es mala, pero conlleva el riesgo de atravesar una barrera invisible, tras la cual el acecho del mal existe, y pesca desprevenidos a quienes buscan de ese lado. Lo bueno es que Dios venció y con su ayuda se puede medir desde donde no pasar. A tener cuidado pues, muchas veces algo en apariencia inocente puede esconder el anzuelo de maldición.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghKhDAmhelYjPjwZursWO7stt0wV4QHycMQ_rjXXiUZqHNEGZDb-aCOUfxA82t4kpv8xkY3nVCmkZTtj63ydTSYYie_LHN_T9swtz-HVlbyikqOFqXEEQU4P6dNySNpOoSDB6ay0JBtWk/s1600/Agujeros2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghKhDAmhelYjPjwZursWO7stt0wV4QHycMQ_rjXXiUZqHNEGZDb-aCOUfxA82t4kpv8xkY3nVCmkZTtj63ydTSYYie_LHN_T9swtz-HVlbyikqOFqXEEQU4P6dNySNpOoSDB6ay0JBtWk/s1600/Agujeros2.JPG" height="408" width="640" /></a></div>
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Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-79476791787052022632014-11-23T11:19:00.001-08:002014-11-23T22:48:50.442-08:00La casa de Los Granados.<span style="background-color: #fff2cc;"><br />
<span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Lo que les cuento es de primera mano, y es gente a la que conozco bien. Esto le sucedió entre otras cosas a una prima que vive en Córdoba, no doy nombre real pero más o menos pasó así.</span></span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">"Agostina" vivió de chica, hasta hace unos diez años, en un casa de un barrio de la capital cordobesa, de esos barrios con casas todas iguales, en un lugar bastante alejado del centro, cercano a la fábrica militar de aviones. O sea, había campo cerca. La onda es que la casa en sí, -prefiero creer eso desde ya- era "rara". ¿Sintieron ustedes alguna vez una pesadez o algo parecido al entrar en determinado lugar? ¿La sensación de no ser muy bienvenidos? Bueno, era así. Es más, aún me acuerdo de cierto "olor" que tenía la vivienda, era raro, como denso, sin ser tampoco un olor feo, de todos modos, hacía el ambiente "cargado" de un modo muy particular. Ahora los hechos allí dentro que recuerdo de voz de mi familia y de Agostina...</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Una noche ella despierta, y al prender su velador, se da con la sorpresa de que su cama, el acolchado, toda repleta estaba completamente tapada de hormigas negras. Llena. Asustadísima e impresionada como cualquiera ante eso, y sin saber por qué grita a mi tía y al hacerlo se apaga la luz del velador, cuando llegan los padres exaltados prenden la luz de la habitación y la ven toda en llanto a mi prima arrinconada contra la cabecera de la cama, ¡Pero sin rastro de ninguna hormiga! Lo dejan pasar.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Al tiempo, su novio, de visita una tarde se va al baño de la casa que quedaba dentro pero sobre uno de los costados me acuerdo. Al rato de estar se escucha un grito del tipo que aparece pálido en el living diciendo que vio una mano salir de un mueblecito con cajones que había en el baño, el tipo lo cerró como pudo con mano adentro y se piró para donde estaba la gente. No sé qué dirían de él después pero el susto le quedó grabado al vaguito.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Otra de las noches, -todavía me vuelve el perfume de esa casa- recuerdo estar durmiendo en la habitación donde las hormigas, cuando escuché voces en la cocina, sin darle mayor importancia, nunca fui de creer en esas cosas, para encontrarnos al otro día todos los que dormimos esa noche un gran revuelo de cosas en torno a la mesa de cocina, era como si hubiese entrado un ladrón pero no faltaba nada, incluso lo loco fue que lo único que alguien parecía haber tomado de ahí era un frasco de pimientos que encontramos por menos de la mitad, siendo que era nuevo casi. (A la entidad parecían gustarle las conservas parece), y logicamente nadie se hizo responsable por eso. Pudo ser en bromas pensé entonces, pero luego de más grande me llegó la confirmación de que era real lo que pasaba ahí.</span><br />
<span style="background-color: #fff2cc; color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Así, recuerdo que la casa era medio lúgubre, había un búho negro de madera en un reloj y cosas medio tenebrosas en la decoración, que eran como cualquier otra, pero no sé por qué en esa casa lucían así. Lo último que recuerdo de ahí es mi tío que afeitándose una mañana apareció lleno de sangre, chorreado desde la cara hacia abajo, pero ¡sin que jamás se hubiese cortado! Obviamente se lavó el enchastre pero la impresión le quedó por años a todos. Repito, en ciertas circunstancias esas cosas PASAN.</span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-81574327117957536692014-11-23T11:18:00.001-08:002014-11-23T22:49:12.061-08:00De los armadillos.<span style="background-color: #fff2cc;"><br />
<span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Otra de mi viejo, que como conté ya, es nacido en el campo, criado en la ciudad pero siempre por su profesión anduvo mucho el monte.</span></span><br />
<span style="background-color: #fff2cc;"><span style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Laburando en medio de la nada, o sea en el monte cerrado santiagueño cercano al límite con el Chaco, andaba mi viejo una siesta, que cuenta estaba nublada, pero de todos modos con bastante calor a pesar de ser otoño. En eso, yendo por un sendero, le sale al cruce un armadillo, un tatú de esos que se vuelven una bolita ante la </span><span class="text_exposed_show" style="color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">presencia de peligro. El bichito al notarlo se cierra y mi padre que llevaba un bolso con sus cosas lo toma para sí y lo guarda, porque después de todo, es difícil que se dejen dar alcance, generalmente huyen y se pierden en covachas. Pero bueno, él lo junta.<br />Siguiendo adelante, y contento con su hallazgo, luego de muchos minutos de marcha, vuelve a darse con otro armadillo, que vuelve a hacer lo mismo, en vez de irse se encoje sin resistir. Y de nuevo mi viejo, sorprendido lo recoje en el bolso junto al otro. Ya tenía dos. -No sé para qué querría dos, pero se le hacían simpáticos los animalitos-.<br />Sigue a pie, pero en menos tiempo, al poco del segundo, un tercero. Cosa que ya comienza a parecerle extraña, uno puede ser, es difícil no imposible, dos ya era demasiado, ¡Pero tres! la onda es que lo deja seguir, a poco de andar, un cuarto y así, hasta que él mismo cuenta cerca de una docena o más, lo que ya le pareció una clara advertencia que él interpreta como "del monte" o de la misma naturaleza, porque esos bichitos son escurridizos. Sin querer seguir contando más, decide abrir el bolso y soltar los armadillos, volver sobre sus pasos y dejar todo como estaba. Terminó el día incompleto, porque según él, en el monte suelen pasar esas cosas y existen muchos mensajes para los humanos de parte de la naturaleza, que parece querer advertir a quienes se aprovechan. No volvió a toparse más con esos bichitos, pero que un día se le aparecieren así fue para él un claro signo de "algo" que supo entender a tiempo. A no joder pues.</span></span>Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-56812071528160203372014-11-23T11:17:00.004-08:002014-11-23T22:49:29.892-08:00Por favor, al túnel del rulo, amigo...<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Esto les ha pasado a dos muchachos, que eran amigos de cuando pedaleaban al cerro los fines de semana. Dos aficionados entre tantos, cuando la bici era una moda, que agarraban la mochila y salían a darle arriba, a quemar calorías y a tomar el aire de San Javier, que aun hoy sigue siendo saludable.<br />
Uno, Marcos, era santiagueño estudiante de odontología; el otro, Paulo, tucumano que quería entrar a la Armada. De ir y venir, los changos se van conociendo, hasta volverse compañeros cada viaje, amigos, ya se ponían de acuerdo los sábados temprano para subir aunque hiciera mal tiempo. Al tiempo de haber formado equipo, una tarde bajando conocen a Monica, una chica de unos veinticinco años, simpática, de mirada muy fuerte que decía vivir "lejos" pero que gustaba también de los paseos en bicicleta, y cosa que les llama la atención a los amigos, además de lo bonita que les parecía era que la bici en la que andaba era curiosamente vieja, de esas sin cambio, bien de paseo, y con frenos a varilla incluso. Los changos medio curiosos se preguntaban cómo haría para subir en una de esas por la cuesta que a ellos los agotaba, porque Monica decía haberlos venido siguiendo desde arriba. El motivo de la charla fue para pedirles agua...<br />
A Marcos le suena el teléfono del departamento el viernes a la noche, mientras estudiaba algo medio dormido ya. Era el amigo Paulo muy entusiasmado diciéndole que por nada del mundo deje de ir al otro día al punto de encuentro en el puente de la veinticuatro y Bernabé Aráoz, que quería probar unas cortadas nuevas, pero esta vez por la ruta que sube de San Pablo. La sorpresa es de ambos cuando al llegar al lugar la ven muy sentadita sobre una escalera a Monica con la misma bici y de vestido largo y sandalias esperándolos para partir también.<br />
Ninguno recuerda haber mencionado eso, y ella tomándolo como algo más que una casualidad les pide permiso para sumarse. Los changos contentos por la situación acceden sin dudar y comienza el viaje hacia el oeste por la mate de luna. Llegando al Cristo del camino del Perú, Mónica se excusa cuadra antes en calle Olegario Andrade cuenta Paulo, diciendo que tenía una tía en el barrio y esquivando la esquina con la cruz. Los changos sin decir mucho se desvían también y la chica los lleva por calles adentro hasta el puente de la Mendoza recuerdan, para seguir por las calles internas de Yerba Buena a casa de ninguna tía, y retomando la avenida aconquija cuadras después de canal diez, siempre rumbo al cerro. La mañana era gris y algo fresca, ideal para subir.<br />
Todo sigue normal y Paulo llegando a la Solano Vera dice que indica doblar para ir por San Pablo, unos kilómetros más, varios segun Marcos y Mónica que convence al santiagueño para todos agarrar al sur ahora en dirección a la otra ruta.<br />
El que iba adelante, Paulo, dice que a la altura del cementerio que está al costado de la ruta, a mitad de viaje, siempre por la Solano Vera, disminuye la marcha para ver cómo iba todo atrás, porque les llevaba unos metros de distancia a Marcos y a la chica.<br />
Recuerda el chango que al voltearse lo ve sólo a Marcos y detrás de él nadie, mira bien y nada, y andando le pregunta al santiagueño qué pasó con Mónica, y que el otro contesta que ni idea, pero siguen como si tal cosa... Sin darle importancia.<br />
Pasado ya el cementerio, es Mónica la que pasa muy veloz a los dos amigos con cara de contenta, y ellos suponen que les hizo alguna broma o los estaba desafiando a correr, siempre en su vieja bicicleta.<br />
Suben esa tarde, los tipos sin entender cómo hizo la muchachita a la que no se le veían mucho las piernas por el vestido que llevaba pero debía estar muy entrenada porque no le costó mucho, inclusive cambiaron bicicletas entre los tres y cuando eran ellos los que querían subirse al modelo anticuado, no llegaban a pedalear unos metros y caían exhaustos. Mónica se limitaba a reirse y los desafiaba todo el tiempo a ser más veloces, a ir tras ella que se escondía por ratos y les aparecía muerta de risa...<br />
Al bajar, Monica promete a sus dos camaradas "invitarlos a conocer su casa en cualquier momento". Decía haber estado de novia con un grandulón, que iba a casarse y que al final todo se disolvió, y ahí estaba ella ahogando sus penas con paseos largos y la amistad de los dos varones. Ellos chochos por supuesto, no parecía nada mala la idea.<br />
Vueltos cada uno a su casa ya de noche, a Marcos cansado le vuelve a sonar el fijo del departamento y al atender era la voz de Mónica invitándolo a conocer su casa al otro día mismo, un domingo, que ella ya le había avisado a Paulo y que fueran sin las bicis ya, que ella los esperaría donde siempre, pero para ir en colectivo directamente.<br />
El santiagueño medio aturdido no sabía si por euforia, gusto o un poco de miedo lo llama al tucumano y le cuenta de la llamada, el otro le confirma, y ambos se culpan de que jamás ninguno de los dos le dio su número a la chica, cosa muy rara, porque en cada llamada ella culpó al otro entre risas de pasarle los números. De todos modos los changos creyendo otra de las bromas de esta simpática nueva amiga decide ir sin pensar dos veces.<br />
Subidos al colectivo, al sacar el boleto, Mónica toma la iniciativa y pide al chofer "Por favor, al túnel del rulo, amigo, somos tres". El chofer la corrige: "Al rulo entonces", sí por favor. Los dos muchachos sin decirse mucho cambian miradas pero silenciosos siguen a la chica, que esta vez iba mucho mejor vestida, llevaba el pelo largo suelto, y en vez de las graciosas sandalias, iba de botines. El viaje transcurrió con una Monica más callada pero también más observadora, sobre todo de Paulo que un par de veces preguntó dónde era la casa, extrañado por el sitio de destino...<br />
Al bajarse Mónica decidida toma las manos de Marcos, justo antes del rulo, metros antes y les indica a los dos muchachos seguirla; se la veía muy sonriente, casi seduciéndoles. Diría Marcos luego que él se dejó llevar y que la chica tomo un caminillo muy escarpado, cuesta abajo, en dirección a la boca del túnel que penetra el paredón del rulo, lo que le pareció muy loco, divertido y se bajó por detrás. Paulo medio indeciso pero atraído por Mónica que reía llamándoles se tira también agarrándose de piedras y raíces que salían de la pared profunda.<br />
Una vez ante la boca del túnel Mónica los invita a carcajadas a entrar, no tengan miedo, yo les voy a enseñar un lugar desconocido, vengan, suban conmigo...<br />
El túnel existe y puede verlo cualquiera reclama Paulo al contar esto, Marcos es el primero en entrar, el piso tenía un hilo de agua, pero era de piedra, cemento y ladrillo, resistente y con un tamaño donde cabía perfectamente de pie. Mónica extasiada le estira la mano a Paulo que la toma y reconoce la fuerza de la muchachita que lo jala hacia la entrada sin esfuerzo y se largan a caminar en ese foso oscuro, a media luz o menos, subiendo agarrados de unas barandillas oxidadas por el tiempo en medio de telarañas y hojas mojadas apenas viendo el resplandor de la salida y a su espalda ya lejos la entrada. Los changos cuentan que Mónica aprovecha esa oscuridad para agarrarlos fuerte, pero con delicadeza, sin dudas esperando una reacción de parte de ellos.<br />
A un poco más de la mitad de la travesía del túnel saca una especie de linterna, no saben definir qué era, pero alumbra a una vieja puerta de chapa que parecía haber estado cerrada con un candado que estaba roto, la cadena cortada y era cuestión de quitar. Quitado el cerrojo, y con mucho ruido a lata la mujer les abre la puerta y les invita a entrar, con una voz muy atractiva, agitada, entren conmigo, alumbrando una escalera de piedra en medio de ese tunel que parecía perderse hacia arriba primero, y luego pasar a una galería más amplia ya, ¡enorme! diría Paulo donde al hablar y gritar de la emoción había mucho eco. Siempre Mónica adelante del grupo alumbrando y los chicos enloquecidos, sin miedo escuchando ruido de goteras, como de hilos de agua que pasaban dentro, chistidos de murciélagos y como de chicharras pero extrañas en medio de esa galería ignota, que según les contaba Mónica era una de cientos de ellas, un verdadero hormiguero de túneles que recorrían todo el cerro, y no sólo no terminaban allí, sino que eran kilómetros que conectaban a otras más largas y así por todo lo interior de los cerros, les empezó a hablar de civilizaciones bajo los andes, que había una salida en Lules, que otra en Tapia, que otras iban a Salta, que se podían perder y no salir más...<br />
Tanto detalle aturdió a los amigos que como pudieron entraron a correr a los tropiezos hacia la primera escalera, y escuchando los gritos de la mujer que les ordenaba volver, y como una música lejana en esa profundidad, lograron encontrar la puerta de lata, cerrarla de una patada y dejarse caer por el túnel con agua hasta la boca por donde ya se veía todo el cerro de nuevo. Corriendo no saben cómo lograron bajar por la ruta sin hacer dedo ni nada y tosiendo y medio llorando contar en la comisaría todo.<br />
El policía que los recibió les dijo que tuvieron suerte, que no vuelvan a intentar más eso, que él no podía hacer nada, que esto y lo otro.<br />
Se supo después de años que una concejala de Yerba Buena, dada a la bebida ella, sugirió rellenar con cemento ese túnel ante las carcajadas de los hombres presentes en la sesión de concejo, que pensaron qué delirio tenía esa tipa al tirar semejante disparate.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-7577647861198548442014-11-23T11:17:00.001-08:002014-11-23T22:49:52.936-08:00El viejo "Tatatá".<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: #fff2cc;"><br /></span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
Relato que no es de miedo, ni tampoco policial, pero tiene algo de ambos.<br />
El apodo se lo pusieron sus mismos hijos, y cabe decir que el hombre está bien vivo, y nadie sabe hacia dónde puede evolucionar su alterado estado mental, que actualmente es preocupante.<br />
De nada sirvieron las denuncias de algunos vecinos que temían ser sus próximas víctimas; Gente sin mucha instrucción y que de hecho no presentaba pruebas fehacientes de alguna locura del sujeto como para llegar a algo concreto en su contra.<br />
Eso, y todos los salvoconductos que supo conseguir a lo largo de su vida; Contactos acá y allá, hombre de pocos amigos, literalmente, pero esos pocos influyentes hasta el punto de seguir por ahí como si tal cosa, y volviendo a que es impredecible su comportamiento y no hay pronósticos posibles, puede mutar, esconderse, reaparecer, y seguirá siendo el mismo.<br />
Vamos a lo que nos importa y son sus tropelías. Antes aclarar que lo de "tatatá" fue por tanto repetir qué les haría a las personas que no le caen bien. El sonido de la ametralladora y sus ademanes de fusilar con ese gesto de demencia en los ojos sobre todo.<br />
Lo que mi conocimiento alcanza es allá por mediados de los noventa, cuando el sujeto trabajaba en una compañía bastante importante y ganaba su buen dinero; No era de derrochar nada, pero se daba sus "gustos" y mantenía materialmente bien esa familia que empezaba a mirarle cada vez con menos cariño, a pesar de ser el sostén.<br />
Para los que dicen que el relato parece "sacado de una novela", "uhmmm" y demás cosas, Tatatá dedicaba buena parte de su sueldo, (tenía acciones incluso de la empresa para la que trabajaba) a comprarse armas de todo tipo. Según él, "voces" lo asediaban de noche y le recomendaban armar un arsenal "para cuando llegue el día de la purificación" (...); desde cuchillos especiales hasta munición de guerra acumula este tipo en su galpón-fachada en su barrio de Las Talitas. Ha cometido crímenes ya, todos relacionados con cosas de la magia y otras "ocurrencias" que le llegan mediante voces, o apariciones.<br />
De joven a este tipo le gustaba bastante la banda Kiss que dicen algunos es de música abiertamente satánica e induce a pactos y otras demencias por el estilo; A sus hijos los aterrorizaba con amenazas de que él era un "angel elegido" y que podía embarazar a todas las brujas que quisiera, cosa que ningún otro hombre.<br />
Decía tener un hijo -que era una especie de amigo invisible- y sus verdaderos hijos crecieron con la loca intriga de ese chiquito con quien el hombre jugaba a la tarde hablando a la nada, comprándole juguetes inclusive; Lo vieron llevarlo a que haga la comunión y entrar a una parroquia sólo pero hablando a ese invisible. Todos lo tomaron por loco, pero inofensivo...<br />
La furia de Tatatá se desató una noche, que terminó corrido de su casa por la esposa a palazos, cuando el tipo en desequilibrio feróz pintó un pentagrama (estrella de cinco puntas dedicada al diablo) con aerosol en el piso del comedor, y quemando un librito, que según él, le había sido entregado como "la biblia al revés"..; Expulsado, se refugió en un local de su propiedad que funcionó alguna vez como bar al paso a la vuelta de la casa, y allí, solo y libre de disponer lo que quisiera se armó un búnker hasta con conexión a internet.<br />
Tatatá nunca fue un improvisado, trabajaba en telecomunicaciones, sabe de tecnologías y de hecho fue de los primeros en probar la banda ancha en Tucumán; desde allí, captó a varias mujeres, de algunas no se supo más nada, después aparentemente se aburrió del gato y el ratón y escuchó que las voces le pedían ahora "ir por esos chicos insoportables" refiriéndose así a los miles de changuitos, varoncitos y nenas que escriben "a lo rocho"...<br />
Descubrió el muy pillo que a esos pibes les cabe la cumbia, la noche, los fierros y el escabio, y vestido todo de negro según los vecinos, el desquiciado sale de noche, con o sin luna a treparse a los árboles para esperar que alguno de estos chicos desprevenidos pase cerca y lo liquida a tiros. En la confusión algunos corren, nadie sabe de dónde viene el ataque y es el viejo que luego se esconde y huye.<br />
Lo han confundido con sombras, pero las sombras no usan armas de ese calibre. Prefiere a las jovencitas con mucho tatuaje, y señas que él arbitrariamente descifra como posibles víctimas de su ira demencial. Lo cierto es que cuando ataca es certero.<br />
Deja rastros. Planta una vela en una vereda con una estampita de algun santo, generalmente de San Jorge, u otras, y donde quedó el souvenir es porque el tipo hizo el daño o está pronto a hacerlo. Marca las sitios donde los adolescentes se reúnen y hasta se hace pasar por testigo de jehová para meterse en lugares donde quiere sacar información.<br />
Paga a brujos y videntes a cambio de datos, señas y cosas que le ayuden a identificar potenciales víctimas, pone buenas sumas, y dicen en la casa que tiene pacto con el diablo de matar por lo menos dos personas por mes. Es un asesino serial, si se comprueba todo lo que se dice. El problema es ese, pero los muertos siguen apareciendo.<br />
La tiene con los pibes de sectores marginales, pero también le ha dado por chicos con mayores ingresos. Actúa solitario, tiene con qué, y ha empezado a verse a un par de hombres rondando el viejo local donde él a veces vive. Al parecer está armando una banda, y con las mismas ideas que él. Gente extraña, de vestirse oscuro, de lentes negros, y unos anillos gruesos en la mano derecha. Se mueven en un taxi sin licencia o en motos grandes.<br />
Lo último que se sabe del loco tatatá, siempre suponiendo que sea él, es que causó un incendio en el centro y dejó la estampita con la vela, porque quiere volver.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-85749867931048932402014-11-23T11:16:00.001-08:002014-11-23T22:50:13.575-08:00De Santos y la aparición.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: white; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<span style="background-color: #fff2cc; line-height: 19.3199996948242px;">El hombre acostumbrado a la vida de campo, y conocedor de cada espacio por haberlos andado alguna vez siquiera, arreador de vacas, hachero, trabajador de la tierra, en fin; De todas las ciencias que el monte le pudo enseñar inclusive la de oscuridad sin miedos, este hombre Don Santos se sabía.</span></div>
<div style="background-color: #fff2cc; color: #141823; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
En el norte de Santiago, que ya de por sí es provincia grande, deshabitado y llano, vivía Santos en casa perdida en el monte, lo próximo a un par de leguas era La Fragua, y de ahí El Mojón y la Villa (Nueva Esperanza) yendo por una ruta mal asfaltada que le llevaba más tiempo que cortando, como él hacía, por la margen del río Horcones, salvo cuando se crecía.<br />
Era parco, de pocas palabras y la mitad de las que hablaba eran en quichua, idioma con el que según él, su caballo y animales le entendían todo. Sin embargo, se desataba a hablar cuando se juntaba con otras personas del lugar para las fiestas o algun velorio. En esas raras veces que lo picaba el alcohol era de gusto sentarse a escucharlo en ese castellano casi puro mezclado con quichua bien entendible porque las historias que soltaba eran para mandarse un libro. Sabía, y mucho Santos.<br />
Una vez, por eso de las juntadas a tomar, habitual cuando se hallaban motivos, a Santos le toca la vuelta al pago, a la casa, bien de noche, pasadas las doce, a caballo bajo luna enorme diría él. Habituado a esquivar la ruta y tomarse el atajo del río emprende al norte desde la villa por el sendero ancho de arena y ramas dispersas junto al río que es grande, y de paso el caballo ve bien por la luz y toma agua cuando quiere.<br />
Andando bastante, y a la altura del Mojón, pero en medio del monte, en el claro del río, el animal que mil veces lo llevara y trajera se empaca. A lo chico con berrinche. Se empaca y pone fin al camino. Don Santos lo atreve en quichua al caballo, lo aprieta con las piernas animándolo, dándole seguridad. El caballo prosigue, pero sólo unos metros. Santos borracho hasta la luna sabe que no pueden quedarse ahí, necesita llegar, si se baja del caballo que lo huele, sabe que no va a poder subirse de nuevo. Medio a los gritos lo reta, que siga, ¡kawallu! pero el bicho, nada.<br />
En esa tensión de querer seguir y ese temor a bajarse, el animal ya no sólo se rehúsa sino que se pone loco como nunca. Ni de potro. Se para sobre las patas delanteras y empieza a tirar patadas hacia atrás, después del otro lado parado sobre las traseras elevándose con el cuerpo irritado, frenético, medio a los saltos, pero quieto en el sitio al lado del río; a Santos no le queda otra que aplicar el rebenque, pero pone más fiero al animal que por todos los modos y aterrorizado y casi tirando al jinete intenta si pudiera hablarle al hombre indicarle por qué es mejor que se queden ahí, pero el borracho insiste y con un miedo horrible el caballo se adelanta unos pasos: Santos describe que a poco de volver a andar siente clarito como "alguien" se le sube detrás, amarrándolo fuerte por la cintura, tanto que siente una respiración fuerte, tibia sobre su nuca, le soplaban desde atrás, parece alguien mucho más grande y fuerte que él, el caballo aterrorizado como nunca, la emprende con furia, de instinto, como si se lo llevara la creciente, a los relinchos, brincando alto, retorciéndose, a punto de girar y matar a su dueño, descontrolado y con las crines erizadas, el miedo a ser muerto con esa cosa encima que sujetaba a Santos cada vez más fuerte y el hombre que acaba de quedar lúcido, de perder cualquier borrachera encima, que pela el cuchillo que llevaba siempre en la cintura; de esos cuchillos bravos, afilados como navaja, gruesos como para degollar un buey de una pasada, para no andar con vueltas la hoja, un arma sin dudas en manos de Santos que las ha tenido que ver con pumas y hasta con una piara de jabalíes le entra a dar para atrás, decidido, a muerte, con todo lo que podía; Para qué.., lo que tenía detrás le peleaba peor encima del caballo enloquecido, y Santos cuerdo como nunca y con un cagazo que en vida tuvo comienza a adivinar que lo que viene a cuestas tras sí no es humano, porque de ser alguien habría caido duro hace rato, herido por lo menos, no se jodía con ese cuchillo; En uno de los arrebatos de miedo el caballo logra sacudirse de su carga, pero es Santos quien sigue arriba y el animal dándose cuenta de haber perdido a "la cosa" empieza a correr a toda su alma, velóz, con su dueño a quien esa sombra le sigue sujetando la cintura, y era tan grande según Santos, que las piernas de la cosa se iban arrastrando tras el animal a todo galope, debía ser como un árbol chico de tamaño más o menos para llegar con sus brazos al hombre y tener piernas para arrastrar detrás del caballo...<br />
Al final Santos cae a tierra, dándose con una enrramada y el animal huye despavorido hasta un claro lejano donde se detiene nervioso a esperar la suerte del hombre que atontado por la caída ha emprendido lucha cuerpo a cuerpo con esa cosa enorme, una sombra que lejos de soltarlo ahora lo ha tomado a golpes limpios. "Sabía pelear" eso, lo que fuera. Le pega tal paliza al hombre que por momentos éste se levantaba del piso con el cuchillo y volaba de un seco a varios metros para luego ser alcanzado de nuevo y seguir la refriega que duró poco más de unos minutos, de terror, a muerte, con un Santos que dándose cuenta de que su maña no iba a poder vencer a ese luchador "de aire", toma como puede un par de palitos de rama hallados en el piso en una de las caidas y colocándolos en cruz por sobre encima suyo, tendido y lleno de moretones, empieza a gritar Diosito ayudame, sacame ésto por favor Diosito, la cruz, ve, ¡la cruz! y la cosa se esfuma.<br />
Tendido en la arena, golpeado por todos lados, Santos muy seguro de todo y nunca tan curado de espanto de la curda, busca al caballo todavía inquieto, lo monta, y decide desde esa noche no salir más sin su crucecita de palo santo que tenía guardada en un cajón. Tal su suerte.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-41287230912471163462014-11-23T11:15:00.001-08:002014-11-23T22:50:30.749-08:00Las Marcas.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
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El amigo, aficionado a la pesca, ya sea por placer o deportiva, y junto a un socio correntino también fanático, son los protagonistas de este loco relato.<br />
Al de aquí, al tucumano es relativamente fácil ubicarlo, tiene una casa de artículos de pesca bastante conocida, pero ahora ya no sale de la provincia si no es con por lo menos cuatro compañeros.<br />
Los dos sujetos, entonces mucho más jóvenes y sin panza, pero que siempre fueron grandotes cabían perfectamente en el pequeño bote deportivo a remos, ideal para navegar en aguas rápidas, de esos estilizados muy parecidos a los de kayak pero abiertos, es decir, sin la capota baja; En este bote, en aguas poco profundas, eran súper silenciosos, el aparato se deslizaba muy suavemente con gran agilidad por la superficie sin mover apenas el agua, lo que necesitaban estos dos hombres para una pesca mucho más efectiva, apenas si se notaba la presencia al desplazarse y producía en los animales bajo el agua mucha curiosidad ese gran pez alargado y rápido que flotaba, sin delatar a sus tripulantes.<br />
La noche en que llegaron a Entre Ríos, a uno de los miles de brazos del Paraná bajo, cercanos al sur de Santa Fé, pero del otro lado, parecía amenazar lluvia, se devisaban nubarrones densos que dejaban ver de a ratos una enorme luna amarilla sobre el este, pero con luz sobrada para ver en el lugar, y acostumbrados ambos a pescar de noche, a ver demasiada oscuridad, con esa luna tenían asegurado éxito. A Martín (tucumano, tiene otro nombre), le fascinaba además del pique de los peces la aventura nocturna de estar lejano al ruido de la ciudad, con el sonido del agua tranquila, los ruidos del campo, los grillos, las aves nocturnas, el placer del agua agitarse al atrapar algo, el silbido del reel de las cañas, en fin. Estaba en su elemento.<br />
A Julio (correntino, nombre real) que creció desde chico en el agua, con la ropa empapada durante todo el año, acostumbrado a tener una caña en las manos, a abrir pescados, al fuego, a la sartencita con aceite, a ver en la noche, a dormitar de a ratos con los brazos firmes, le venía perfecta la compañía del otro, y habían planeado una excelente noche más que nada de camaradería y buena cena. Lo demás lo traerían para la familia, los amigos, y algún ejemplar grande podrían conservarlo para exhibirlo, como hacían algunas veces.<br />
Bajados del Peugeot 504 del tucumano, la emprenden hacia un despeje de esa densa vegetación, una entradita perfecta para el bote de fibra y con espacio para darle empuje sin problemas y trepar. Martín llevaba las cosas en el bote y Julio era el que empujaba. Relata sin embargo Martin, que el correntino le confesara minutos despues de embarcar silenciosos haber sentido "un frío en la espalda", un mal presentimiento tal vez, pero sin mucha importancia, la siguen.<br />
En la tranquilidad de la cercana medianoche, con luna alta y sin nubes ya, el brazo de agua parecía clarísimo, se veía todo, mucha luz y cerca de una docena de bichos medianos en el balde con agua helada, los amigos hablaban bajito, contándose cosas, pero concentrados en lo suyo, es Julio el que nota medio al sur una estrella con un brillo poco común, mayor a la de las demás, y le hace notar a Martín eso, pues a medida que pasaban los minutos el brillo parecía aumentar. Será de esas grandes, pensaban, sin darle mucha atención.<br />
La primera impresión memorable de este dramático asunto fue minutos más tarde, cuando de repente, apareció un enorme objeto volador, moviéndose con rapidéz en el cielo. Mientras pasaba sobre los observadores, su brillo naranja lo hacía fácilmente visible en la penumbra. Era una visión asombrosa: un aparato con forma de cuarto creciente, tan enorme que era al menos ocho veces mayor que cualquier avión conocido. Las puntas del creciente estaban dirigidas hacia atrás, emitiendo escapes parecidos a los de los reactores.<br />
Volando a una increíble velocidad la gigantesca aeronave se perdió de vista en pocos segundos. Los dos pescadores se quedaron estremecidos por la experiencia. Al principio no podían hablar casi nada, y menos informar de la misma por miedo a que nadie les fuera a creer.<br />
Pero pronto, apenas se hubieron repuesto de la impresión y decididos a finalizar la pesca para emprender el regreso y contarlo todo, y sin tiempo siquiera de navegar hasta el sitio seguro donde volver a tierra, la enorme "lúnula voladora" les vuelve a aparecer, esta vez mucho más grande aún y cercana a la copa de los árboles de un monte cercano a la margen izquierda...<br />
Lo siguiente que recuerdan es aterrorizados tratar de llegar al vehículo estacionado a pocos metros ya, pero con el objeto por encima de ellos, no sabrían decir a qué altura, amenazante sobre el bote que parecía un grano de arena ante semejante cosa suspendida en el aire, y que ocupaba gran parte del cielo nocturno.<br />
Luego, de las puntas de la especie de luna que se había vuelto azulada ya, pero sin ser muy brillante, bajaron dos luces muy potentes apuntándoles a la cara a cada uno, que sin poder moverse recuerdan mucha confusión y voces en sus mentes que les pedían "colaboración y calma"...<br />
El relato del tucumano, con lágrimas en los ojos mientras se fuma desesperado el cigarrillo, -veo que le tiemblan las manos- es de estar los dos dentro de esa cosa, en un ambiente tenue, sin mucha iluminación, en una atmósfera de aire frío y muy pesado, similar tal vez al de un quirófano, y el compañero Julio inerte como adherido a una especie de mesa sin patas, de un sólo bloque.<br />
Imaginen lo que sigue, y es la aparición de tres seres "con batas" uno mucho más alto y a cada costado los más chiquitos, como de la altura de un nene de dos años, con cabeza desproporcionada y unos ojos que infundían terror de solo verlos. Parecían comunicarse con esos ojos horribles, enormes. Se miraban entre ellos y casi parecía Martín entender qué tramaban esos seres maléficos, segun su relato.<br />
Al primero que se llevaron fue a Julio. No sabe de dónde ni cómo, pero parecío que atravesaran alguna de esas cosas como paredes que había en el recinto donde estaban los desafortunados pescadores; El los vio irse a los petisitos de bata llevando al amigo lentamente tomándolo de las manos; el correntino parecía zombi, iba sin dar trabajo, como autómata con los entes. El más alto se quedó con Martín a su lado mientras éste, desesperado trataba de zafarse de la posición que tenía, como si estuviera en una silla de dentista, pero duro, sin lograr moverse a voluntad y el ser idéntico a los otros, pero mayor que le puso una mano en la boca, con unos dedos horriblemente fríos y largos, "como garras", de piel dura, similares a "las patas de un gallo", explica Martín emocionado, y viendo que la actitud del bicho era aquietarlo pero sólo lo enloquecía más al pobre chango.<br />
Pérdida de conciencia.<br />
Luego aparecer en otra sala junto al compañero correntino, ya de pie y como apoyado en un panel de vidrio con una manguerilla en la mano que de a ratos movía hacia arriba y abajo; Y él que logra zafarse de su quietud corriendo a un rincón pero sintiendo la fea impresión de que el lugar era circular y no ofrecía rincones posibles donde refugiarse de todo eso. La aparición de una especie de robot que parecía algo artificial y el terror nuevamente al sentirse observados desde una ventanilla por un ser con cara de reptil, como una iguana grande, que aparentemente era la que mandaba al androide ése que parecía custodiar a los amigos.<br />
Sobre el final de la pesadilla, y nuevamente recostados uno junto a una clase de camilla del otro, los seres del principio, ojones y con mucha "maldad" presentía Martín intentando examinarlos, a lo que el correntino vuelto en sí y llorando mucho, desnudos ambos, se empieza a orinar, y el chorro que alcanzó se ve a uno de los cosos esos, que pareció quemarse con el líquido y de un salto brusco caer de espaldas hacia atrás, como alcanzado por un ácido y el otro bicho ante eso desaparecer inmediatamente.<br />
Seguirá luego aparecer los dos compañeros arriba del bote nuevamente a muchos kilómetros del sitio donde pescaban, y muy de madrugada ya, casi clareando el horizonte, buscando como locos el auto.<br />
No volvieron más por esos lados. Martín aún hoy tiene las marcas de que eso no fue mentira: En su brazo derecho posee dos marcas circulares perfectas, del tamaño de la boca de un vasito descartable. Son demasiado bien hechas para ser naturales. De Julio se supo que un par de años después de eso dejó todo, se fue a la quiebra de su negocio de maquinarias agrícolas y volvió a vivir a casa de sus padres, declarándose casi un linyera.<br />
Toda la historia surgió por la confianza con el pescador tucumano ante la pregunta de "¿Qué son esas dos marcas?"</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-66384132257386342262014-11-23T11:14:00.001-08:002014-11-23T22:50:48.431-08:00Del canal y la vieja esa...<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
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(Tuve que salir de urgencia porque estos calores provocan un poco de enteritis acuosa profusa y me dieron unas pastillitas oscuras como de carbon dijo la enfermera; ya recuperado le sigo)<br />
El grupito de chicos era de jugar hasta tarde en el terreno baldío a la vuelta de la esquina, y por el fondo del lugar pasaba un canal de desagüe, peligroso incluso para los adultos porque además de llevar siempre una cantidad considerable de aguas servidas, era de paredes altas, y sin ninguna protección. Ya se habían caído perros, caballos y hasta se había ahogado un adolescente un día de tormenta por descuido.<br />
De todos modos describo el canal para indicar que el sitio no tenía escape sino por el frente, por la calle, y un tiempo hubo un puentecito de chapas y madera nomás, pero se lo llevó una correntada cierta vez. Este grupo de nenes estaba acostumbrado a juntarse de noche, después del día escolar, ni bien oscurecía y hasta bien tarde a veces, sobre todo los fines de semana en verano. Aquí sucedió lo que voy a contar y que según los vecinos fue tan real que hoy al baldío lo alambraron y tiene una parte tapiada para evitar que vuelva a ocurrir otra vez "eso"...<br />
Habrán sido las diez de la noche ese día, era un viernes, cerca del carnaval, en febrero, y los chicos que pronto iban a empezar la escuela no querían saber nada, y pergeñaban una buena excusa para dilatar el comienzo tedioso; Dos hermanos planeaban enfermarse de algo conveniente, el gordo de la vuelta quería provocarse una lastimadura adrede creyendo que no iba a dolerle tanto y faltar y uno de "los buenos" mayor que los demás que ya entraba en quinto grado, los retaba diciendo que nadie les iba a creer nada, que lo mejor era acatar los mandatos y punto.<br />
Así en medio de la charla, a los hermanos los viene a buscar una tía para irse a casa, y quedan el gordito, el mayor y dos más que eran vecinitos también. Se ponen a contar cosas de miedo, y uno de los chiquitines dice que le daba pánico escuchar esas historias porque a un tío suyo le contaron en su casa que se lo llevó "la vieja del agua" en ese mismo canal hacía años.<br />
Los otros tres aprovecharon para burlarse del pequeño que comenzaba a llorar con las cosas que oía y los demás se morían de la risa con la angustia de éste. El chiquito cansado de ser espantado por los demás decide irse solito y es el que cuenta la historia de mejor manera después.<br />
Todo esto pasó en Villa Angelina, al borde de un canal que bordea la vía por el lado de la Bernabé Aráoz, cerca del alambrado de la usina.<br />
Cuenta que despues de irse, medio llorando todavía escucha un grito fuertísimo como de los tres chicos en el baldío, de terror el sonido, y corre a avisarle a un hombre que estaba en la otra esquina. El hombre acompaña al nene -en realidad esta tarde lo que hice sin decir nada fue ir al lugar de los hechos y hablar con "doña nené" la madre de Matías quien contara luego lo ocurrido, lo verifiqué.- y en el estado en que estaba, despues de haber tomado bastante hizo que demorara y Matías alcanzó a ver a los amiguitos aterrorizados sin todavía reaccionar del todo señalar espantados al canal y al mirar, ver una figura de color negro que parecía como si tuviera un paraguas roto encima, pero que parecía algo monstruoso llevarse arrastrando y chapoteando con ruido como a aleteos al pobre chico de diez años, ya sin vida aparentemente, o desmayado aguas abajo hasta perderse de vista hacia el sur.<br />
Dando alaridos Matías y el borracho luego, alertan a medio barrio sin saber explicarse qué pasó, pero dando a entender que el niño cayó al canal y no pudo llevárselo el agua que no era tanta en ese momento, más de todos modos policía y bomberos rastrillaron todo tratando de dar con el niño desaparecido.<br />
Se detuvo al hombre, un alcohólico que ni siquiera llegó a ver nada, y sin hacerle caso al niño creyendo que lo encubría a éste, le dieron una pateadura en la comisaría dicen y no lograron arrancarle algún dato siquiera. Cuando le creyeron algo a Matías era tarde ya, habían pasado tres valiosos días y aun buscando nada se halló.<br />
Todo quedó en nada, como pasa muchas veces, hoy Matías es un hombre, de 22 años y vive en Temperley con su novia y sus dos nenes; La que cuenta es nené, la madre, y un revoloteo de chicos en medio del calor y la tierra, con algo a barro y miedo alarga queriendo contar que más de uno vio la aparición oscura, unos trepada en los enormes árboles que hay ahí cerca, y otros en el canal o en un basural al lado de la vía, en un enorme descampado; Hay un chango que dice vivir al lado del Canal Sur que dice que él también vio alguna vez esa cosa "robando cables" del tendido eléctrico seguramente, pero lo concreto es que nadie sabe aún hoy decir qué le pasó a ese chico y al tío de Matías, que aunque Nené diga que se ahogó de chico, a muchos les quedó la duda de la vieja esa.</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1908982866947023419.post-78234668738765222042014-11-23T11:13:00.001-08:002014-11-23T22:51:06.176-08:00El destructor.<div style="color: #141823; font-family: Helvetica, Arial, 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
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A Nieves como a muchas personas, le atraía mucho la idea de querer llegar lejos. Tanto como para que al darse vuelta entonces, los demás se vieran como insectos ante su huella. Opacados todos, rivales destruidos, amigos convenientes, importantes, ser la clase misma.<br />
Su momento era ése, joven, todavía con encanto suficiente, pero sin ser tampoco verdaderamente llamativa, en otras palabras, persona común. Gris, indistinguible según su modo superficial de ver el mundo. ¿Por qué? Materialmente no era nadie.<br />
Ojo, tenía empleo, ganaba lo suficiente, sabía de su presencia y como usarla, pero necesitaba usar una fuerza que le brotaba de dentro para sojuzgar a quien se le cruzase, buscaba las oportunidades para probar el gusto del poder.<br />
De un barrio como cualquiera, bastante alejado de los sitios que estimaba mejores, esa distancia era proporcional a la necesidad de poseerlo todo; Ante los pobres, sin detenerse a mirar más allá, era implacable, severa como pocos, decirle cruel era describir por fuera, porque de veras odiaba a los débiles. Eran tal vez el peor reflejo de si misma en ese espejo deforme que llevaba dentro. Ansiaba lo peor para quien estuviese a su lado o debajo.<br />
Fue su madre quien la iniciara en el culto a una entidad bastante conocida, un "santito" de dudosa fama relacionado con la muerte y ciertos sacrificios a modo de ofrenda que garantizaban en este mundo gobernado por el enemigo una alianza más que efectiva. Era pedir y tener. El precio lo sabría quizás pero no le interesaba. Era probar eso que ansiaba.<br />
Lo hizo.<br />
Recurrió a este gestor de probada eficacia, empezó a viajar a Corrientes y un día le fue revelado el precio a cambio. No era nada, pensaba Nieves, sólo dar un par de vidas que de todos modos despreciaba. Ya encontraría por ahí desgraciados para contentar ese requisito.<br />
Vuelta de su promesa, a Nieves le esperaba la sorpresa de un ascenso laboral. Sería encargada ahora de un grupo de pares, a quienes mostrarle su verdadero rostro. Desde el momento en que lo supo cambió todo. Ahora podía ser mala. Sus ojos mostraban algo muy turbio, eran portadores de un poder grande, que provocaba miedo en algunos, se veía como una mujer simple, pero en ella algo era descomunal, desusado, infundía temor.<br />
En cuanto pudo ejercer ese peso, lo usó para aplastar sin piedad a quien se le cruzara. Ganaba mucho más, y la cantidad de gente que despreciaba aumentaba también, iban quedando debajo montones; personas cercanas, amigas, su familia, todos. Veía hacia arriba, la meta era esa, trepar. Mucho. Lejísimos. Vamos Nieves.<br />
Descubrí parte de la prenda con su santo benefactor al notar que siempre en su ropa, o en cualquier accesorio que usaba había una calavera, ya sea dibujada, impresa, en una traba, prendedor, o lo que fuera. La imagen iba a diario oculta o visible pero segura siempre con ella.<br />
Otra parte de la prenda fue cuando mencionó que ya había entregado la vida de dos personas de modo indirecto, a un cuñado indeseable y a una vecina que acababa de ser madre deseándoles accidentes que ocurrieron sin demora.<br />
Lo que nadie logró deducir fue cómo ella misma, luego de un tiempo en el que no hizo más que enrriquecerse mucho también fue parte del pago en el pacto que hizo; Trataba nada menos que con el maestro de los negocios, con un experto que lleva millones de años convenciendo a pobres infelices como ella, como muchos, que disfrazado de bueno y cumplidor ahora pedía no sólo la vida, sino su espíritu por eternidad.<br />
La abuela la vio esa noche mientras miraba el programa de bailes ir a Nieves hacia su cuarto nuevo, lujoso, que contrasta con el resto de la casa humilde y sin gracia, con un espejo grande y unas velas. Pensó que se habría quemado algún foco la viejita y no puso atención.<br />
A la hora, habrá sido, escuchó un reventón grande. Como una bomba de estruendo tal vez, y como pudo corrió a ver qué pasó en el fondo.<br />
Vecinos asomados a la tapia, y gente del otro lado de la calle empezaron a llegar a ver qué fue eso. Se oyeron los gritos de la anciana cuando al lograr abrir la puerta, se encontró a Nieves desangranda ya, con una expresión de terror en los ojos, que habían vuelto a ser los de antes, y cientos de pedazos del espejo que había reventado clavados en su cuerpo desnudo ante unas pocas velas que quedaron encendidas. En el piso, y con sangre, la abuela y quienes llegaron luego al encender la luz leyeron: "ES MIA PARA SIEMPRE"</div>
Tato (STS+)http://www.blogger.com/profile/04058437563749054250noreply@blogger.com0