martes, 5 de marzo de 2013

Carta a un amigo antiorden

No me da miedo decirlo, afirmar que no sólo a Chávez, sino también a Lugo, a Lula y a la mismísima Cristina les sucedió algo llamado "la enfermedad del orador". 
¿Qué tienen en común estos dirigentes sudamericanos acaso? Además del poder de los países más prometedores en cuanto a recursos se refiere, comparten un extraño pasado. Todos padecieron en mayor o menor grado el cáncer. Sí, querido antiorden. Es su historial clínico que habla de los carcinomas que cada uno de éstos líderes padeció en estos últimos cuatro años. ¿Crees en coincidencias? Pues yo tampoco.
El gobierno en las sombras, siendo ayudado desde hace más de sesenta años por fuerzas y conocimientos alienígenas -escucho una risa burlona por ahí- logró desarrollar entre otros muchos terroríficos artefactos de avanzada (inconcebibles para la tecnología humana, reitero) un dispositivo minúsculo y horriblemente efectivo..: El muy poco conocido "rayo de la muerte".
No lleva pués tal nombre pero es el apelativo más ajustado a su condición de servicio. Trátase de un pequeño aparato muy similar a un puntero de láser, que en vez de emitir una frecuencia luz visible emite un haz de energía que en sí mismo no se ve ni se detecta fácilmente. Son nada menos que ondas electromagnéticas de alta frecuencia concentradas en un finísimo haz que dirigido-apuntado hacia una persona determinada (cualquier "target" que ellos elijan) durante un establecido período de tiempo y sin que la víctima lo detecte comienza a destrozar el sistema inmunológico, nervioso e incluso actuando a nivel celular dentro del organismo del apuntado, provoca todo tipo de trastornos, desde una gripe hasta el mismísimo cáncer, al "enloquecer" la información mediante la irradiación constante, por simple exposición a este campo artificial y densamente concentrado de energía en cantidades nocivas.
¿Por qué y cómo éstos dirigentes quedaron expuestos al "rayo"?
La operación de este artilugio -parece surgido de una obra de ficción- se basa en dos principios básicos: Primero, que el objetivo se halle a una distancia suficiente, no debe ser excesiva pues el mismo ambiente suele disipar el campo restando potencial al mortífero haz; Segundo, que la persona apuntada permanezca asimismo el tiempo suficiente para que la irradiación enviada pueda desatar el caos orgánico previsto.
Ambos principios cumplieron estas personas ya que algo que también los hermana en costumbres es la sobre-exposición mediática, en el buen sentido. Todos son o fueron grandes oradores manifiestos. Gustaron todos de hablarles horas a sus pueblos y a las cámaras de cuanto medio quisiera brindarles pantalla. Todos se valían del discurso político extenso como herramienta de comunicación y lo que ignoraban gravemente es el error de permanecer estáticos a veces horas en un mismo sitio, sin siquiera caminar unos pasos de cuando en vez.
Puede olerse incluso conspiraciones internas a su fuero inmediato, sin dudas agentes infiltrados y desleales próximos allegados a estos dirigentes tal vez sugirieron adrede la quietud y permanencia por horas justamente para lograr lo que lograron. Enfermar a cada uno de ellos con los cánceres que padecieron.
El rayo es apuntado por "alguien" del público asistente desde una distancia no mayor a 20 metros -muy próximo a mi juicio- y mantiene el dispositivo fijo en el cuerpo del/la presidente por todo el tiempo posible ¡A veces horas! y al poco tiempo, me refiero a días tan sólo, la víctima cae como fulminada por todo tipo de dolencias diagnosticadas como simple "stress", gripes, náuseas, malestares en general. Primeros síntomas de algo mucho más grave.
Al pasar las primeras semanas de esas manifestaciones se comienzan siempre a saber ¡primero por los mismos medios! que la salud de tal o cual mandatario "se ve seriamente deteriorada" generalmente ya por dolencias más graves como desmayos o pérdidas de conciencia, ataques de pánico, cólicos muy fuertes y demás que los médicos no saben atribuir con certeza a qué se deben. (...)
Luego la fase última y mortal, el diagnóstico de tumores. La primera aparición del cáncer que varía según cada cual en distintas áreas del organismo. 
Luego lo conocido ya, amén de la conspiración mediática en cada país: El terremoto "made in HAARP" en Chile que desarmó a Michelle Bachellet; La destitución de Lugo en Paraguay en medio de un cuasi-escándalo fogoneado por la derecha; La inminencia de guerra en Ecuador contra Colombia -siempre fiel y base militar de EEUU-; El cáncer de Lula que deja sucesora a Dilma Roussef -una gran lección política en el Brasil golpeado-; La misteriosa y nada esclarecida muerte de Néstor Kirchner en Argentina y su sucesora Cristina Fernández -de quien se sospechó y aún no se sabe hasta dónde- se recuperó de un mal difundido cáncer de tiroides; Y mil y un rumores azuzados por una prensa adicta al NWO muchas filiales incluso de los grandes pulpos illuminati-reptiliano.
Es a ese "aparatito" querido amigo al que me referí ahora, por no extenderme en otras ya probadas tecnologías destrutivas como el HAARP o el vórtice interdimensional del golfo de Adén