domingo, 23 de noviembre de 2014

Entrevista a un travesti (O la "Queen Bitch")


Espero a Priscila (Julio) y a Queen bitch en el bar de la estación de servicio que está frente a la antigua terminal de ómnibus, en El Bajo. Son las 16.30 de un miércoles y el horario no es arbitrario, en un rato comienza el amistoso entre la selección argentina de fútbol y la de Brasil. "Ellas" prefieren ese momento de la tarde porque dicen que la transmisión del partido por televisión las va a dejar hablar mejor. Ellas son uno solo. Pero verán por qué me refiero a ellas en plural...
Priscila es una morocha monumental de 27 años y un metro setenta de alto. Espalda fina. Brazos fuertes con los músculos marcados. El pantalón ajustado le marca la cola grande y firme. Tiene puesto un uniforme de jean del -nombre de famoso local de comidas rápidas donde ella trabaja- y una remera blanca corta que le deja al descubierto el piercing del ombligo. De la remera desbordan generosos pechos. En el izquierdo, llama la atención un tatuaje en tinta china. Hay que verlo de cerca para distinguir la imagen: es un Cristo que parece levantarse con esfuerzo de su cruz. Riendo a carcajadas, me dice que es Jesús saltando la tapia. Cuando Priscila se tatuó al Cristo resucitando o saltando la tapia tenía doce años y el pecho llano como una tabla. Todavía no era ella, en el barrio lo apodaban Peca y, a pesar de que lo tildaban de mariquita, era, como ella dice, uno más de los changos. El tatuaje fue obra de Juan Almonte, un joven que por entonces estampaba gratis su arte en la piel de los adolescentes de San Cayetano. Juan murió hace unos años apuñalado – las chicas no se ponen de acuerdo si de siete o veinte puñaladas – en una pelea barrial. Su hijo de 17 años ahora también es travesti.
Y sí, querido, muchos me dijeron que yo estoy poseída por la "queen", que ella me quitó el cuerpo y
todo eso, pero yo siempre les digo ¡No, ella
COMPARTE conmigo y yo con ella..! Yo pongo las
cachas -risas- o sea, pongo mi cuerpito, y ella pone la
genialidad... Ah, vos querés que te cuente las cosas que
yo sé; ¡Pagame primero! -se ríe fuerte, después con
lágrimas en los ojos, dejando de bromear- No, mentira,
yo no cobro por ésto. Tampoco me prostituyo. Lo mío
es un don natural, yo tengo a esta "princesa" aquí dentro
que me re banca, somos íntimas amigas, a veces nos
peleamos, ¿no? pero somos hasta compatibles en el
zodíaco mirá que te digo..! Yo soy de cáncer y ella es
piscis, qué dupla.
Bueno, oki doki, ¡no te vas a imaginar quién es puto!
-nombra a un conocido político del medio, que de
verdad nadie sospecharía- la cuin me lo dijo en cuanto
lo sentí nombrar, ay, un día me llegó un mono enorme
de traje a mi laburo, -menciona un hipermercado- yo
estaba en el último turno, encima me había quemado
con las papas hacía un rato, media mano quemada
porque salpicó la freidora y aparece ese armatoste a "pedirme" si le hacía el favor de acompañarlo a la salida porque me mandaban una invitación de alguien especial... El coso iba con dos más que se quedaron lejos, cerca de los juegos, pero yo los veía. La cuin de adentro me dice ¡ni loca vamos con ese tipo! y los otros dos que están ahí esperando no son humanos. ¡Te juro estaba pálida, se me pasó el dolor del miedo! los otros dos de traje que esperaban me dice la cuin no hablan en castellano mamita; y yo que ya estaba por llamar al de seguridad, y me planto y le digo al grandote "mirá papi decile a ése -nombra al político- que yo no me prendo en sus fiestitas que sory-mi pero ni sueñe.
El infelíz me amenazó me hizo acordar a mi hermano, me dijo algo como que "nos vamos a ver" pero mal. Así es mi vida -se ríe de nuevo- Yo al toque me entero cuando iba a morir el papa Juan Pablo, antes que nadie, él se murió tres días antes de cuando dijeron por la tele, a mi me agarró una angustia. La cuin me dijo que a partir de ese tiempo quedaban diez años nomás.
Loqui, yo veo esa alma que se despega (...) del cuerpo y lo sé, ha muerto. Lo más feo fue una vez que vi a cinco chicos que se iban a morir, estaba escrito ya, ¡Sabés qué impotencia! ¡de terror! Esa noche había ido a bailar a -nombra un boliche que quedaba por la Alsina, de música electrónica- y a la salida veo un grupito de tres chicos y dos chicas, ellas eran parejita según la cuincita, y me sopla que iban a tener un accidente re feo que no se iba a salvar ninguno. Sentí como plomo en los pies, yo quería avisarles, les gritaba y todo pero era mucho ruido, mucha bulla y no pude. Volví llorando y mi ex me decía calmate, vos no podés evitarlo...
En la tele, en el diario, todo el mundo contaba al otro día que esos chicos se mataron en el auto, parece que manejaba uno machado y se dieron vuelta pobrecitos...
Mirá, te puedo demorar la vida en contarte todo lo que veo, es feo y a veces nadie me cree, mejor.
¿te conté que veo como muertos por ahí?
-Se arregla el pelo largo- Han empezado a aparecer por acá también, yo primera vez los vi en Buenos Aires una vez hace años, es como gente, pero rara, no son de este tiempo, es complicado explicarte. Vienen de otro lado, como del mañana, o no sé, las chicas son re lindas, los papis ni te cuento, pero me dan pánico. La vez pasada atendí a uno en el trabajo, te miran pero como vacíos, hablan sin ganas, ¡No sé cómo explicar me cago! No tienen un alma.
Cambiemos de tema, a mi amiga de adentro le digo la cuin-bich que es la reina de las perras en inglés, ¿no? -ríe mucho- ella me acompaña me aconseja, me ayuda a superar el amor perdido, ja. Cuando salimos le digo "hoy vamos a salir a perrear" pero todo tranqui, yo no puedo enfiestarme como otras travestis, yo soy especial y a donde voy empiezo a ver cosas y se me pasa el pedo a veces del susto. ¿ir a boliches? Siempre uso anteojos negros, para no distinguir el aura, ni las caras siquiera, porque tengo imán para ilusionarme con chicos que después le pasan cosas...>>
La charla sigue, y retomando la primera parte, que no es necesariamente encadenada a esta, sino que se mezcla todo un poco, luego él, termina yéndose a trabajar. Usa el uniforme azul de la compañía y cualquiera que me haya visto esa tarde pensaría que era una mujer la que charlaba conmigo. Tengo todavía ese mp3 con la voz del chabón, es un tío, ¡Pero qué bien caracteriza ese rol! Tal vez es verdad y dentro de él habita una mujer que le habla, que le predice, quién sabe...

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